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ARZOBI>-.;PO DE LlMA.
puerta para que no pudiera salvar de sus ataques
ó
del incendio. Un religioso, que le acompañaba
y
quiso salir, recibió veinte heridas. Felizmenté
tocaron otros á rebato
y
comisario le salvó la
fuerza armada. Procediéndose otro dia á prender
á
l.osmas culpables, hubo una obstinada resistencia,
y
en el conflicto murió un frai le. Sus compañeros
·acaron el cadáver á la ca(l e junto con la
cu~todia
del Santísimo
Sacramen~o;
con cr ucifijos
~n
la
Inano y en forma de procesion iban gritando su–
presion, supresion; el vulgo, en el que los mas
contaban con familia
y
amigo , se reunió t umul–
tuosamente;
y
con los estímulos de piedad , patria
é inte eses personal s huibier podido levantarse
· no
s-e
ie
·era oir la voz
rzo
isp0> ,
prohibiendo las
reunion _m era
m
:Jas
@ai
a la de mas de
dos persona-s en la calle. Para prolo gar la frágil
tranquilidad fué necesario, que se alejase el
omisario general bajo pretexto de celebrar ca–
pítulo en Cartagena
y
que e abstuviese de non1-
brar provinci
l.
Tan graves di turbios coincidían con las fre-:–
cuente manifestaciones de la devocion mas sín-
..
.
·-
.
cera
y
fervorosa. En
1680
se habian
hecbo la.
fiestas mas espléndidas por la beatificacion
de
anto T r.ibio. on Inucho empef o promovi' l·