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ARZOBISPO DE LIMA.
lo" honores de padres inaestros, miéntras su
cargo parroquial er desempenado por religiosos
jóvenes. Tambien fué necesario obligarlos
á
que
obtuvie en su colacion canónica ele que solian
prescindir. Con el objeto, de que en los capítulos
.no se hicie en lo acostumbrados
y
perniciosos
ca1nbio de doctrinero , h-ª._bia ordenado el Mo–
narca, que ninguno de
~llos
fuese removido sin
cau a justificada. Pero este remedio pareció con
razon poco eficaz
e
1
Arzobispo; por que el pro–
vincial , de eoso de cambiar un cura, no necesi–
taba fermarle causa, ni removerle directamente,
ino obligarle: renunciar con cualquier pretexto.
Lo únic@, que en el arreglo de auratos pudo
evitarse d
j
B.icial ,
fu~
el nombramiento de
coadjutore
pétu
con espectativa de sucesion,
y la in énta a u re ion
e doctrinas contra el
interés e piritual de los indio .
Respecto
' la in truccion no fué po ible, por
la alarma que difundían los filibusteros, sacar
á
ht
Universidad del ·batimiento á que la tenia
reducida la su pen ion de opo icion
á
las cátedra .
El colegio mayor de San Felipe, que como todos
los de su clase en América
y
Espana, era de esca–
so fruto literarios , recibió del Arzobi po nueva
onstituciones por las que se obligaba
á
los cole–
giales
á
dar prueba , que cediesen en mayor