RZOBI PO E LIMA.
si no siempre lo eran, nunca debian dejar de apa–
recer predominantes. Fijábase -con- órden rigu–
roso l a organizacion del Consejo de Indias, Au–
diencias con sus re pectivos Vireyes
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Presidentes
y el gobierno particular de las provincias y pue–
blos. El descubrimiento, ·pacificacion y poblacion
de .nuevas tierras se aju t aban á reglas precisa .
Los indios tenian reconocida en títulos y libro ·
enteros la proteccion debida á u libertad, perso–
nas y biene , sin quedar por eso ménos sujetos
al pago de tributo y
á
los trabajos forzado . Las
dema P.ersonas eran objeto de un cierto número
de di pos· ione . El e me cio e clu ·vo la defensa
de las co o· ia
el omento e la eal hacienda ·;
aunque e
~
erva
ID.
ara 1
lÍ
ltimo lugar;
habían rruH· ci
aten ion ma-s
con~tante .
Los hombres imparciales no dejarán de alabar
e~
las Leyes de Indias el deseo sín ero de pro–
pagar l a civilizacion evangélica, haciendo r einar
á
su sombra la paz y la justicia ; t ambien enca–
receran la sabiduría de ciertas disposiciones ; y
estudiaran el conjunto como un gran monumento
histórico, que revela las aspiraciones de la mo–
~arquía'
española respecto ' us dominios d
ultramar. Mas el código entero le aparecerá, ya
como una letra muerta que jamas pudo tener una
ejecucion cumplida ya como una fortí ima r '-