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nando Pizarro, conociendo que la vida de todos y el
seguro destos r einos estaba en que se tomase la forta- .
leza, con celo de buen capitán, era cosa muy de ver lo
que trabajaba socorriendo a unas partes y a otras, a las
flaquezas de algunos socorriendo con gente de r efresco,
y
a otras con su persona
y
esfuerzo animando y pelean–
G.o Pizarro y la gente de pié comenzaron 1 combate, a
dando muy mezclados, por no perder aquel alto que
tenían ganado, que no parescia sino que todo el mundo
estaba allí revuelto: Como el Inga supo el estado en que
estaba la fortaleza, a mucha priesa envió a socorrella con
cinco mil hombres, gente muy lucida; con este soco–
rro se vieron los españoles en mucho aprieto, porque co–
mo llegaron de refresco, acometieron determinadamen–
te. Como toda la gente sobrevenía a socorrer a Villa–
homa, que estaba en la fortaleza, a la ciudad no le da-–
ban tanta priesa, porque como vieron los indios a los
otros cuarteles la furia que andaba en la fortaleza, no
apretaban tanto a la ciudad, aunque hubo algunas esca–
ramuzas,
y
también porque la .mejor gente estaba pe–
leando con la gente de caballo a.l socorro de la fortale–
za, porque a dársela, según que arriba tenían en que en–
tender, viéranse en demasiado peligro.
Acabadas que fueron las escalas de hacer, Hernan'-:
do Pizarro y la gente de pié comenzaron el combate, a
vísperas, con tanta priesa y denuedo, que Villahoma, pa–
reciéndole que aquella era determinación que no podía
dejar de llegar al cabo, determina de huir;. comunicán–
dolo con algunas personas particulares, altaron a la
parte del río por unos terrados tan encubiertos q'ue no
fueron vistos, porque como hacia aquella parte, que es
ladel río, es tierra muy agra no lo pudieron ver los es–
pañoles. Tomando ellos la quebrada del río, fueron por