CLEOPATRA
LAONJCE
- 326 --
pues si su ardor heredas ,
.
más fuerte que él aspiras a lucir.
Adora a mi enemiga,
que nunca en mi cerviz _
consentirán su planta
los al tos ·dueños de ese azul zafir.
y
a por mirad vengada ,
preciso es discurrir ,
o condenar la maiao,
o coronar la punta con que herí.
Que el pueblo se rebele ,
que el parto entre el país,
que el cielo qie fulmine
como me vengue, me veré feliz.
Per~
ve aquí a Laonice ;
preciso es el fingir ,
y , mientras habla, el hecho
esté depositado en el ardid.
(Sale Laon-ice)
-
¿Vienen nuestros amantes ?
Ya_se acercan aquí,
señora,
y
en su fre11_te
los gozos se 'hacen ver de mil en mil.
Amor y majestad
también se unen allí,
que
el
poder usa .el dardo,
y
el
amor la corona va a .ceñir.
La nupcial copa, que
del celestial zafir
parece que desciende,
y por néctar el uno ha de servir.
Ya prevenida está,
para que desde aquí
la .lleven los esposos
por regia ceremonia del país.
Al gran templo de Juno
procederán así,
donde otros dioses sean
que adore el sacerdote al bendecir.
Ya es del pueblo impaciente
cuando los
va
a aplaudir,
cada. grito una fama,
cada amoroso júbilo un clarín.
Los sirios y los partos
en concordia feliz ,
apenas las naciones
en los afectos saben distinguir.
Mas ya , señora, v ienen
refulgentes aquí :
y a vos ahora toca
gloria tan soberana dirigir.
3950
3955
3960
3965
3970
3975
3980
3985
3990
3995