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dientes de fuera, que parescian perros rauiosos,
que Jos afeaua mucho. Plutarco dize en sus Apo–
tegmas que los africanos solian tener horadadas
las puntas baxeras de las orejas para colgar en
ellas algunos c,;arcillos y sortijas; bien assi
lo
ha–
zian los mexicanos, que tenian tambi en las orejas
agujeradas, como sus mugeres, en donde se po·
nian vnos c,;arcillos de oro o de plata o de pie·
dras ricas. La manera que los yndios de toda la
Nueua España sacan el fuego es cosa muy nota·
ble, porq ue toman vn palo de dos palmos en lar–
go, y de grosor de vna sa,eta, bien labrado y liso
y de madera fuerte y rezia . Y quapdo quieren ha–
zer lumbre, toman dos palillos secos de los mas
Jiuianos que hallan y los ponen juntos muy bien,
y ·Jos ponen en tierra, y entre medias destos hin·
can el otro palo rezio que dixe y traenlo a Ja re–
donda entre las palmas de las manos luyendolo
muy de pri esa hasta que se enci end en los pali–
Uos que estan en el suelo, y desta manera sacan
el luego; añadiendole paja seca, haze luego llama .
Tambien ay por aquellas partes vnos animales
que llaman yeguanas, que en parte se puede de–
zir peze y en parte -animal de tierra, porque an ·
dan en los ríos y andan por encima de los arbo ·
les, y es de muy espantosa vista; tiene las manos ·
y pi e c;omo lagarto, y la cabec,;a prolongada, la
cola de dos palmos, y el cuerpo tiene de tres o
quatro palmos de 1argo. Tiene por medio del es–
pinac,;o 'vn cerro leuantado
y
encrestado a mane·