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po, y que todo lo dixesse al Rey. Passado esto,
luego este rey se fue a Mexico y lo dixo a su
ro
narca y le di ó la misma cebratana que lleuaua,
para que dello se certifficasse muy bien,
y
to man–
do la Montezuma se la pusso al oydo
y
en tendio
ser assi,
y
quedo dello admirado
y
le mando que
no lo dixesse a nadi e. Este rey, por no ver la total
perdicion dé Mexico y de toda la tierra, dizen los
mexicanos que se metio con su muger en vna
cueua muy honda
y
prolongada que esta al pie
del cerro q ue llaman de Chapu ltepec, de donde
sa le al pie del vna fu ente de agua muy buena
que va a la cibdad por un
~año,
que se siruen los
vezi nos della. Mo ntezuma mando poner a la boca
de la cueua dos grandes estatuas de piedra muy
lisas, una figura de hombre, y otra de muger, en
memoria de aq uellos que allí se metieron, que oy
día se dize que estan alli sus bultos, y dizen los
ynd ios que este rey, despues de mucho tiempo (r)
ha de salir de la cueua a recuperar la tierra. He
d icho todo esto tan de proposito para que nadie
desp recie lo que refieren las historias
y
anales de
los ynd ios, cerca
de
los prodigios estraños
y
pro–
nosticos que tuuieron de acabarsse su reyrío
y
el
reyno del demonio, a quien ellos adorauan junta–
mente. Lo quales, assi por auer passado en tiem–
pos muy cercanos , cuya memoria esta fres a,
<:
mo por ser muy conforme a buena razon que
( 1)
T ;ichado:
ha de salir este rey.