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a regir y a gouernar por r eyes ; y las señales que

se vieron fueron esta&. Primeraaiente dizen por

muy cierto que vieron por los ayres estraños

hombres puestos en cauallos de fuego, y pelear

con espadas de fuego, de que fue causa quedar

muchos y ndios locos y desatinados, porque hi–

zieron grandissimo ruydo

y

estruendo en los ay–

res, y que esto passo vna vez de dia

y

otra de no –

che. Iten, que vieron muchas veces en ci ertas ho–

ras de la noche hazia la parte que los españoles

entraron, vno? resplandores muy grandes que

furauan cada vez mas de vna hora, y que daua

mucha claridad a la tierra como si fuera de ·dia

muy claro. Iten mas, que en aquel tiempo qi.Ie

sucedian estas cosas, temblo la tierra muchos dias

grandemente, y qui:! se abrieron en diuersas par·

tes junto a Mexico grandes grutas

y

aberturas·

muy hondas y espantables. Iten mas, que estan·

do vn triste yndio llorando su desúenlura porque

lo querian sacrificar a los falsos dioses, vino a el

vn niño bolando del cielo, que venía muy .resplan–

desciente, como angel, estando presentes los sa–

cerdotes de los ydólos y otros muchos yndios en

el sacrificadero, que lo vieron, y que le dixo: No

lloreis vuestra desuentura, dezid a los ,sacerdotes

del templo que muy presto se acabaran los ritos

y cerimonias que tienen, y que dicho esto des–

apa~esGio

luego, y el triste yndio no fue sacrifi·

cado de puro espanto

y

miedo que tuuieron los

sacerdotes, que se fu eron huyendo. Por este pro-