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-que desde que los españoles salieron de Mexico
hasta que tornaron otra vez a el, pasaron doze
meses y tres dias, y murieron en este cerco mas
de sesenta españoles, y seis cauallos, y de los
yn–
dios amigos murieron mucha cantidad dellos,
y
de los contrarios mas de ciento y veinte mili,
y
si la guerra y ei c1trco turara mucho mas, se tiene
entendido que murieran al doble;
rr.asen fin, pre–
so que fue el Rey, se 'dieron todos de paz y con
tiempo. Despues de preso el Rey, Hernando Cor·
tes le hablo muy largo de lo que mas le conue–
nia para su saluacion, aduirtiendole en las cosas
de nuestra Sancta fee catholica, y que hiziesse
con los suyos se diessen de paz y al seruicio del
Rey de Castilla,
y
assi le dixo otras cosas, que al
cabo se diQ de paz con muestra de buena volun-
. tad, y luego fu e puesto en libertad. Assi como
este Rey se vido libre y entre los suyos, luego se
mostro muy bullicioso y ademas soberuio, y dixo
a, sus vasallos que los barbudos le auian suelto de
puro miedo, y por el consejo que el demonio le
dio para que diesse .guerra a los españoles deter–
mi~o
de Ja dar, y luego conuoco secretamente
muchos yndios de los principales ·que auian que–
<lado. Sabiendolo el gran Cortes, lo hizo prender
mañosamente, y despl:les le hizo dar
brauis~imos
tormentos por atemori<;;ar a los yndios principa–
les, y le pregunt.o si era ver:dad que se quería al–
<;;ar con la tierra del Rey de Castilla y matar a los
xpianos, y tambien por
sab~r
del que adonde es-
G. de Santa Clara.-x1,-s.º
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