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que no sabian nadar, ca la laguna era muy honda.
Pues
¿
ue diremos de lo
exicanos? sino
qu~
como valientes y esforcados yndios pelearon ani–
mosamente, en que mataren algunos españoles
que terriblemente pelearon, y mucha cantidad de
amigos
y
conffederados, que muchos dellos yuan
desarmados, por que fue tanta la flecheria, dardos
y varas tostadas d'e tres puntas, tiradas con amien–
tos, y piedras arrojadas con hondas, que cubrian
el sol y herian malamente a los xpianos y a los
amigos. Como fuesse muy grande el alarido y
bozeria que los yndios amigos y enemigos dauan,.
parescia que todo el mundo estaua alli asonado y
junto, o que se hundía Ja tierra, de que hazia en·
sordecer a los españoles,
y
por esto parescia ser
muy terrible y espantosa la batalla, como cierto
lo fue. De manera que los españoles pelearon
muy animosamente
y
con grande esfuerc;;o, por–
que les yua en ello las vidas y saludes, porque si
floxamente pelearan auian de quedar ·alli muertos
y
plantados y comidos, y por estar en tierras age–
nas y estrañas no auian de yr a las suyas los que
quedassen biuos. Pues ¿que diremos de los. mexi–
ca~os?
sino que pelearon con grande esfuerc,;o y
7orage
deffendie~do
su liberfad, y por que estaua
presente el rey Quactemotzin, a los quales auia
dicho que no podian ser vencidos de los barba–
dos, que los dioses se lo auian dichn
y
prometido,
y a causa de los muchos y ndios que auian acudj-
. do de diuersas partes , de mas d e cient leguas a la