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tener por amigo para quando lo
~viess e
menester .
Por esto
y
por otros respectos lo etnbio a su go–
uernacion dandoles c¡ertos dineros y otras cosas
para e l camino y mucha g·ente para que lo acorn–
pañassen y les diesse alla e n su g-ouernacion de co–
mer s i uviesse por al!a d e sobra, que por aca no
auia en donde . Ass imismo despacho a otros mu–
chos hombres que le auian seguido en aquella jor–
nada, que se querían yr a s us casas a gozar de los
r epa rtimientos de yndios qu e les auia dado, para
que se fues sen a descansar con sus hijos y muge–
res, a los quales socorrio con dineros y los embio
libe r a lmente. Mando poner gran diligencia en bus–
cará los soldados que de la cibdad de Lima los
dias atras s e le auian hi.1ydo en el barco que furti–
blemen t E'. auian lleuado, que fueron Pedro Anton,
Juan de Rosas, Pedro Bello, con otros dos g inoue–
ses, los quales fueron ha llados y traydos a la cib–
dad, los quales fueron ahorcados en e l campo.
Ecepto Yñigo Ca rdo, que no pudo ser auido, que
luego puso tierra en m edio, porque se fue a la pro–
uincia d"e Popayan y d e allí se passo a España, que
el Adelantado le socorrio con din eros para que se
fuesse, porque auia seruido mucho al Visorrey.
Quedendo el tirano cortar la cabe<;:a a Don Alonso
de
Montemay~
rogaron muchos hombr es princi–
pales de su campo por e l y le hizieron entender que
no escaparía de ser muerto en breues dias por las
muy pe lig rosas heridas que tenia. El tira no, por
ayudalle a que muriesse mas ayna, mando hechar
pon<;:oña en las medezinas, segun que se dix o des–
pues, con que le auian de curar, y e l fue auissado