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burlas ni en veras no dixesse cosa. ni se le soltasse
palabra alguna, porque lo mata ria luego Francis–
co de A lmendras, qu e era e l theni ent e; sino quan–
do e l se lo dixesse para que lo hizi esse;
y
assi le
aduirtio de otras cosas y el mensaj ero lo hizo assi.
No
parando aqu i Ja cosa escriuio luego a Diego
Centeno
y
le embio a dezir que se fuesse a la villa , -
que el baria otro tanto, porque en es ta ndo al la le
queria comunicar (1) muchas cosas que cumpli a n
a l se ruicio de Su Mages tad y al vniu ersal bien de
tod os ellos. P oniendose , pu es , L ope de Mendo<;:a y
el mensajero en camino para la villa, llega ron a
ella de noche, en donde ha llaron a Diego (2) Cen–
teno que otro d ía antes auia ll egado de su pu eblu ,
y
auiendose r esce bido muy bi en e l vno al otro lue–
go le dixo a lo que v enia, tocandole en la tecla del
se ru icio que se deuia a Su Magestad . Y para ha–
zer y conseguir este tan bu en effecto les auia Di os
embiado aquel mensa jero que al presente vian, qu e
er a del\ i orrey, con recaudo.
y
cartas suyas, las
qua les mo stro luego
y
se leyeron en s u sec r eto lu–
gar, y vistas por Diego Cent eno se holgo con ellas
en gran m:rnera. Por lo qua!, viendo ya abi erto
camino para su. pretenssion,-come n<;:ó con g rancli -
s imo calor y vehemencia de llama r aquell a no–
che a todos Jos de l cabildo y ca ualleros sus ami–
go. , para le yncita.r y prouocar a que pas asse n
adelante con el negocio que tenian platica do. Con–
g r ega do., pue , los que au ian de venir Di ego Cen-
( 1)
Ta chado:
de !o?S d< lus n111ig·os.
(!)
T achado:
dr.