133
bres que se r ebelassen contra el tirano y adm i–
tiessen por fuen;a o de grado a los hijos del Mar–
ques por Gouernadores, sin h azer cu enta del Vi–
sorrey, que e3ta ua en Quito ; de manera qu e de vn
tirano que a uia qu ería este hombre poner dos. L a
cau sa de su enojo dizen que fue porque pidio al
tirano vn r e a rt imi ento de yndios para su cuñado
Juan de Guzman,
q ~1e
-éstaua casado con s u her–
m::ma, y no se lo quiso dar; de lo qual r escibio
grande odio
y
r a ncor contra el, y por esto deter–
mino de le buscar todo su daño
J
hazelle todo e l
mal qu e pudiesse. Otros di zen qu e la occa sion
que- le mouio a eno jar se contra Pi<;:arro fue que
como er a solte ro lep idio por muger a Doüa Fran–
cisca Pic;a rro, y como entonces los dos era n g r a n–
des amigos tuuo entendido que luego se la diera,
y como Gon<;:a lo Pic;arro se la n ego con desden,
comenc;o de hazer las nou edades que d icho tene–
m0s. No sola ment e dixo estas palabras en casa
de Don Antonio de Riber a, mas aun en otras par–
t es , que eran todas en perjuycio
y
dispro de la v id a
de Gonc;alo Pic;arro, y ass i d ix eron que tenia ya
a llegados muchos solda dos que todos le vandea–
uan en todo , y bien parescio que es te a nda ua cic·
go y distraydo de la razon, pues lo que queria ha –
zer era por s u prouecho y por s u y nte r es, y no
por seruir en e llo a Su Mages tad. El cap itan Mar–
tín de Robles que préndio a l V isorrey, oyó estas
palabras y otras muchas de boca del capitan Gu·
miel, por lo qua l lo fue a dezir a l tirano, de que
luego le puso en --cuydado, y assi dixo por Diego
de Gumiel vna copla agena, di ziendo: