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a lg una vez se habl a u a de Diego de Gumie l dezia
Gon<;:alo Pi <;:a rro:
¡po1' l rºuesfra Seiiora!, no se que
se quería este honibre en p erseguirme tanto co–
m o 11ie perseguia,
[y]
en querer quitannc la v ida
s i endo fall mi aniigo y auiendome t11 etido en esta
p ela¡;a. Y en el rio de Jauxa, quando en el m e
quise !1ech a r a n adm', m e quiso alli matar sino
fue1' a d ell o auissado , y porque el sintiesse de co–
mo yo ya lo sabia l e di vn muy rico anillo
y
v na
ntedalla de oro fino con una esn'leralda en ella ,
d iziendole: J11irad, Diego de Gumiel, conio m e
ton'lo a vestir y no nze quiero h echa?' a nadar po1'
lo que vos bien sabeis; t omad, por v u estra vida,
de mi, estas joyas,
y
t en eldas en mucho, porque
son d e 1llucho valo1', que yo os las doy por la gran
amistad que ay ellfre nosotros . Ypor v ida vues–
tra que seamos de aqui adelante buen os y ve1'da–
deros amigos, porque si d e otra nianera lo qui -
i erdes ll euar, digo que os y ra dello muy nial;
y el las tomo y m e pronietio de ser siempre buen
am.igo; y pues el n o quisso s ino 1'e_·\'terar en s u
11wlicia, tonzese l o que hallo, que ya yo l e t en ia
auisado .
D e spues d e passadas es tas cosas r oue_yo
lu g-o Pi <;:arro a muchos hombr es princ ipa les de
qui e nes e l se fiaua mu c ho y que los te ni a por
o· r a ndes a rn.i g os, por sus luga r es theniente!') y Ca–
pitanes
~~r.a les,
para que fu ess en a las cibd ades,
vi llas y lugares que les eñalo, a g ouerna r en su
nombre y a ten e lla a s u deuo cion. Embio á Ja cib–
~d_9.e
T oledo, que
e n e l Cuzc_o , a l capita n Alon–
so de T oro, que e r a \' ez ino de ll a, a l qu a l dio g r an–
des pode r es
y
comiss iones,y juntamente embi o con