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adelarite diremos. As i que todo e to se di imulo ,
ca llo y se p e rdono p orque ass i conueni a a la pa–
c ifficacion de Ja cibdad que ninguno murie se por
entonces, y a Diego Ma ldona do y a Juan de Mesa
los soltaron de la ca r cel y los dest erraron para la
cibdad de lo R eyes a que fu e;,se n a seruir a su
costa al ti rano e n la jornada que de presente que–
ría haze r contra e l Visorrey. Y
a
los demas hon.1-
b r es los ma ndo so lt a r librem ente , auiendo ya sol–
tado
f
los dos primeros mouedores, y se hizo luego
a mi go con e llos porque otra vez no y nte ntassen d e
a l,,:arse con la c ibdad, por ta n buena ob r a como
les hazia n en dalles las vidas . Antes que P edro de
Vi llacastin prendi esse a los d e la conjuracion, ni
s upiesse cosa a lg una de lo que auia, Thomas Vas–
,9E_ez , vezino d e la c ibda d
d~l
Cuzco, escriuio por
la posta a Gonc;:alo Pi <;arro ha zie ndol e saber todo
lo que passaua ace r ca de lo que Diego Ma ldonado
y Juan de Mesa que rían acome te r
(1),
y que le e m–
biasse a mandar lo que en el casso se a ui a de ha–
zer. Gonc;:alo Pi<;arro le peso de llo en g r a n ma nera
y le dio entero cr edito por se r hombre de los vale–
rosos que a uia en la cibdad del Cuzco, y rico , y
despues de auer escripto lo dixo a P edro de V illa–
castin, que fue este mismo e l que lo descubrio por–
que le auian da do parte deste negocio para que fue–
sse participante en e l. Quando Gonc;:alo Pic;:a rro lo
supo, como tenemos dicho, lo s intio mucho, y luego
ma ndo hazer de secreto has ta doscientos arcabu –
zeros para los embiar a la cibdad del Cuzco con e l
(1 ) Tach ado:
hazer.