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Grande de la ca a de Vuestra Excelenyia, porque
i en el mundo ay al ·o de bueno de que la natura–
leza e puede loar, cierto es que se hallara en
Vu tra Excelen<;ia y en sus antepasados. Cuya
timacion ·es tal que quanto mas trabaxamos dar
la ·loria a otro , tanto hallamos que le damos a–
na ·Joria, ya ea verdad que huyendo
Vues~ra
Ex–
el n<;ia della, como .huye, haze
qu~
se canse la
n y alcance a Vuestra Excelen<;ia la gloria,
po:i;-qu · lo que es de su} o bueno no e menester
que) o lo ; ·a en tan breues ren fone con tan cor–
ta ·azones, y assi lo de.. o para que otros de roa
uficiericia y eficaz ingenio lo digan. De.. ado esto
aparte, pues ay ampla materia para dezir lo mu–
cho que ay en Vu stra Excelenc;ia, digo que esta
obra no es cronica, ni habla de fas vidas de lo
R re nuestros Señore que son en nuestra hedad,
ino vn leyenda y relac,ion cierta y verd der a en
dond e r latan y cuentan los malo hecho y
p ru r o cae cimiento que
m
o en la pr:ouin–
ci
~
R yno d 1 Peru. Todo lo qual cau aron
i rto hombre mal yntencionados que e rebela–
ron ontra
11,qe
tro R 3 3 enor n tural auiendole
tir niz o tod la tierra, por lo qual fueron meri–
tament
a ti · do
onforme
u ·rande
y
atroz d li to . Ma , en fin, como yo no ten ·o nin·
·una r thoric qu 1 r mene ter para a ornar
t mi obr tan minima acord, con ·r and atre-
uimient
riuir n lla parte de la muchas co a
ue u di ron en 1P eru, para 1 pre entar ante
1 a a tami nto de ue tr E_ elen ia ac ndola
mi orra ore qu tru e de all · no e acab ,