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prano en la cibqad a tomar
y
a aprehender l<;t pos–
.session del cargo que· le auian dado de la gouer–
nacion, y sin quebrar el hilo d_e la hordeñan<;a lle–
ga~~n
hasta emparejar con las casas de ·uan Fer–
nandez
~jar,
en donde se mando hazer alto.
Alli el Maestro de campo
y
el Sargento mayor,
eón los demas sargentos menores y otros officia–
les del exercito, tornaron a componer muy ·bien
fa
hordenanc;a, assi los de a pie como la cauc;tlleria,
porque yuan tod0s vn poco desbaratados, y ,con
esto entraron ·en la forma siguiente.
Primeramente entro el
c~pitan
Hernando Ba–
chicao con veinte
y
dos pie<;as de artillería, con
m:as de quatro mill yndios soldados que tirauan la
dicha artilleria y los que tru5ceron las municiones
anexas y .pertenescientes a ella, la qu_al yuan dis–
par~ndo
por las encrucijadas de las calles, de que
_ponían gran rezelo y temor, pbrque tirauan con
balas. Lleuaua consigo este brauo hombre cin–
quenta arcabuzeros para la guarda de su persona
y de la artillería,
y
otros dnquenta (1) hombres ar–
tillero~
que a rremuda h.azian su officio en carg-ar
la
artilleí~ia,
y como los yuan disparando fueron
1
muy grandes los truenos y füs-lates que dieron,
que hizieron temblar toda la cibdad. Luego entro
el Capitan Diego de Gumiel, armado ·1os pechos
de _vn peto de azero y vna cota
j
acerina y vnos
c;araguelles de fuerte malla, y con muy gentil gra–
cia lleuaua. la pica arrastrando por el suelo y el .
hierro en la mano a manera de disfrez, y los sol-
...
'
,
I
(!)
Tachado:
arcalmzeros.