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tar al Visorrey. No fue mucho menester altercar
-con ellos, porque
ci~rto
lo desseauan en gran ma–
nera, que luego quissieran salir aquel dia para ha–
zello., mas aguardase
P~!'ª
que se hiziesse la noche
venidera, porque otro dia auian de lleuar a embar–
car al Visorrey en vna balsa para lleuarlo a vna
· ysla despoblada, p<ira en auiendo nauios embiallo
a España. Pues juntos estos hombres, comenc;aron
a dar hordén de la manera y como se auía de ha-
- zer y por que via lo auian de lleuar, y para que se ·
cumpliesse entre ellos) e supiesse a los que auian
de hablar basta la noche,
y
a los que auian de
prender, se matricularon los mas principales que
auia en la cibdad, y las señas que auian de tener
para hazello, porque no· fuessen sentidos. Don
Alonso de Montemayor, como era principal en
este negocio, embio en aquella horá a llamar a
Don Hernando de Cardena , por sonsacalle de la
compañia de Cepeda y por ser animo o cauallero,
aunque se auia mostrado ;contra el Visorrey; no
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tanto por quererlo hazer,
quaq.topor amor de su
cu-acto Ventura Beltran. . Venido que fue Don
Alonso de Montemayor le dio luego parte de tod.o
lo que tenemos dicho, encargandole encarescida–
mente este negocio
y
poniendole por delante el
seruicio de Dios y el de Su Magestad, y Don Her–
nando de Cardenas, como lo desseaua, dio luego
~...E._alabra
de ser en ello. Auiendo
)
a prometido
de ser en ello y con juramento que ternia secreto,
lo firmo de su nombre , y luego le mostraron las
memorias de los cauallero ·que auia para la buena
empresa, y mas de los que auian de prender, que