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rras y discordias que ha auido en esta tierra, sir–
uiendo en el-las a Su Magestad contra los reuel–
des. Estos tales caualleros mas querran quedar
con su Señoria que yr a otra parte donde el mismo
no esté presente, sino que tienen por bien de se-·
gtJ.ille para dar la batalla, para
~ue
en su presen-·
da y a par del y como testigo de vista los vea mo–
rir o vencer al enemigo,
y
para que tambien sea.
testigo de los seruicios que hizieren
y
de lós tra–
baxos que passaren por Su Magestad. Y si algunos.
de los otros. capitanes y soldado? de su Señoria se
q uissieren embarcar, bien lo pueden cumplir; mas.
nosotros no lo podemos hazer, por las razones.
que tengo dicho;
y
co~cluyó
diziend0 claramente
y con alta boz: eñ r capitan., mis compañeros no.
se guieren embarcar,
y
to!"no a dezir que no se
quieren embarcar, ni menos quieren yr a la cib–
dad de Arequipa, porque ya saben todo$ que nos.
quieren lleuar a la ynsula de Taboga
ó á
la
(12
de
fa Apuna a comer cangrejos y a matarnps de ham–
bre, como se publica reziamente, y v. m. nos per–
done, por reuerencia de Dios, por_que no hazemos.
y
cumplimos lo que al presente nos manda;
y
COJ;l.
esto dio fin a su platica.
(1 ) Ms.
o al