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vida que ellos me embarquen, o se la quitare al
que por fuen;a me
qui~siere
embarcar; los
ve~b
cos se embarcaran, que no los buenos. Otros mal
yntencionados dixeron: ¿aueis visto de como nues–
tro
~migo
supo dezir lo que nosotros queriamos,
y de e.orno dio de hito en hito en
10
que desseaua–
mos? ¡por ·vida de tal!, que le deuemos mucho, pues
supo deffendernos y boluer por nosotros con sus
buenas razones, por lo qual todos
~omos
oblig;ados
.a
se lo seruir. Estas desuerguenc;as, con ot1-as mu–
chas, yuan maldiziendo al Visorrey y a su capitan
Pablo de Meneses; que los buenos
y
virtuosos ca–
llauan y no dezian nada, porque sabed que aunque
' .se platico en
gr~n
secreto lo 'rriba contenJdo só·–
bre lo del embarcamiento, no fue tan oculto que
luegq lo supieron todos. Que mientras los soldados
se ajuntauan en casa de su capitan, la fama bola·
dora, como tiene tanto[s] ojos y
leng~uas,
lo publi- ·
co y esparció luego por las orejas de todosJos cib–
dadanos. y de los soldados, que
en
dos oras se supo
por toda la cibdad, y descubrio se desta ,manera.
Los officiales de Su Magestad y los capitanes y
otros que se hallaron presentes en la consulta con
el Visorrey, como eran algunos dellos grandes ami–
gos de los quatro Oydores y les tenian gran respec–
to por ser criados de Su Magestad, y por lo meres–
cer ellos, les dieron luego noticia de todo lo con–
certado, y tambien a muchos de los cibdadanos a
quienes tenian por grandes amjgos, y por su pro–
pio ynteres que les conuenia lo descubrieron. Pues
sabiendo estas cosas los Oydores, como:auian oydo
parte dellas ya antes, les parescio que seria gran
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