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dano·
y
mal si tal se hiziesse, porque era hechar a
perder y de truyr ·na republica tan grande como
ra aquesta cibdad de los Reyes. Por e to y por
otros respectos los Oydores lo hizieron luego pu–
blicar en muchas partes de la cibdad, porque los
que mas contrari auan las cosas del Visorrey eran
los tres Oydores Diego Vasquez de <;epeda, Ali–
son de Tcxada y Juan Aluarez; que el Oydor Pe–
dro Ortiz de <;arate se allegaua y conformaua en.
todo con el Visorrey, porque le era gPnde amigo
y
muy eruidor de
Su_
Magesta~ .
Pues es tos tres
Oydores auissaron a todos los vezinos y morado–
res de la cibdad, y tambien a los soldados, de todo
lo que se yntentaua hazer contra ellos,
y
que cada
vno mirasse por si, porque los querian embarcar
por fuen;a pa ra '11eua llos a la y nsula de la Apuna
o de Taboga a comer cangrejos. Desta manera se
sup]eron estas cosas, que aui sandose los vnos a
los otros y de mano en mano, cundio la nueua, y
assi no auia chico ni grande que en cabo de dos
oras no la supiessen todos, y assi quando los sol–
dados se ajuntaron en las casas de sus capitanes
ya sabian lo que auia
)
pa r a que eran llamados,
porque los vnos a los otros se y uan amonestando
con palabras furiosas, diziendo: mirad no os dexeis
embarcar, por los ojos que tenei en la cara, y pues
soys buenos soldados no tengais ningun rezelo,
que la Real Audiencia
y
los capitanes y cibdada–
nos son todos en nuestro fabor, por que si soys co–
u ardes os lleuaran a la ynsula de la Apuna por
fuen;.a. E ta ysla de la Apuna es grande y es muy
abundosa de muchos bastimentos y esta muy po -