IX
del Perú, sino de todas las Indias, pues en dicha
obra trata de la civilización Incásica y de la sHble–
vación de Gonzalo Pizarro; de la conquista de Méxi–
co; .de la expedición de.Francisco de Garay
á
la Flo–
rida; de la entrada de Diego de Rojas al Río de la
Plata, y de otros sucesos, ha permanecido hasta
nuestros días casi en el silencio del olvido. Ni si–
quiera lo·mencionó
p.
Marcos Jiménez de la Espada
en su admirable edición_de la
Guerr a de Quito.
Sf
parece que vió . sus
Quinquenarios
el malogrado
P. Ricardo Cappa; p.ero muy de prisa,
á
juzgar· por
las pocas veces que en sus
Estudios cr íticos
se
aprovechó de aquéllos
(1).
/ Recientemente ha püblicado un fragmento de di–
cha obra D. José Toribio Medina en su
Colección de
historiadores de Chile
(2).
Son los capítulos XX>
XXI , XXVIII y L del libro
V.
Y sin embargo, este peregrino libro era ya cono–
cido
á
fines del siglo
xv11;
incluyó lo el P. Béthen-
. que puso nuestro sabio historiador D. Marcos Jiménez de la Espada a)
Ter cero libro de las guerras civiles del Perú,
el
cual se lla11ta la Guerra
de Quito, hecho por Pedro Cieza de L eón.-
fadrid,
1877.
(I)
Estudios críticos acerca de la dominación española en Américn.
Parte segunda. Las guerras civiles.-MadriJ,
impr. de A. Ruiz de Castro–
viejo,
1890.
Cita á P edro Gutiérrez de San ta Clara en las págs.
70,
72,
196
y
297.
E n la pág.
J46
le llan1a
R odríg u ez de Santaclara.
En la pág.
317
cita la
Crónica de Rodríguez (sic) de Santaclara•
.
(2)
Colección de Mstoriadores de Chile;
tomo XXVII, págs. 557
y
.si –
g uientes.