VII
levantó un nuevo incendio en las comarcas del Perú>
asoladas ya por las.reñidas luchas entre pizarristas
y
almagristas, ·viéndose el primer conato de indepen–
d.encia de un pueblo americano cuyo elemento di–
rector era aún puramente español, ni más ni menos
' 1
que s'Í el alma del imperio Incásico, herido de muer–
te en Cajamarca, hubiese encarnado con bríos en
· sus nuevos señores:
General del
f
elixcissimo exér–
cito de la libertad del Perú,
se llamaba Francisco
de Carvajal e·n sus documentos (1 ); frase que á no
constar en manuscritos originales
y
auténticos, pa–
recería copiada de una proclama de Bolívar. Dichas
guerras fueron una patente demostración de qué el
elemento geográfico influye aún más' que el étnico
en la formación de las nacionalidades.
La narración de hechos tan importantes era co–
nocida por algunas crónicas que, aunque
basad.asen documentos fidedignos, ninguna de ellas fué es–
crita, como la que ahora publicamos de Gutiérrez de
Santa Clara, por Ún testigo presencial
y
aun actor
de los sucesos que refiere. Di ego Fernández de Pa–
lencia
(2)
se limitó
á
copiar servjlmente las relacio–
nes de D. Pedro de la Gasea, quien sólo estuvo en el
(I)
Dos de ellos se conservan en la Biblioteca Real con los papeles
~e
La
Gasea.
(2)
Primera y segunda jarte de la historia del Peru.-Sevilla,
en casa
de Hern::mdo D íaz, 157
I.