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DE LA nE OL CION DE
l~GLA'fEl\ílA.
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cúrte
y
en el con ejo la palabra de
atentado
á
la prerogativa,
y
de
soberanfa
invadida ,
efe.·
<<
erá fuerza, dijo tra!Tord, hacer entrar a
e ta g nte
á
latigazo por el buen cami no.
n
e re olvió hacer la guerra:
¿ma orno so·tenerla ? ¿qué nuevo motivos se alegarían ante la nacion?
El te oro e taba exhausto, lo mismo·que las arca reale , y la opinion
era a sobrado poderosa sino para er oida, al meno para no dejar de
dirigirse
á
ella. Presentó e el pretesto que se deseaba : desde el origen
de la turbulencias, el cardenal de Richelieu-, descontento de la córte de
Inglaterra donde dominaba la influencia e pañola, se puso en relacion
con lo escoceses : les envió un agente, oro y armas, les prometió ma–
yores socorros en ca o de necesidad.
Fue interceptada una carta de lo principale rebeldes, con el sobres–
crito de
al
Rey,
y
por la que e identemente se solicitaba el apoyo del
monarca france . Cárlo
su consejo no dudaron que tal peticion
á
un
prlncipe e tranj ero, alta traicion seg·un la ley, dejase de indignar
á
toda
Inglaterra ,
y
ba taria á su parecer para convencer
á
todos de la leg·iti–
midad de la guerra. En e ta confianza, que servia ele velo
á
la necesi–
dad, e decidió la convocacion de un parlamento : ínterin se reunia pasó
trafford
á
Irlanda· para obtener asimi mo de las·cámaras de aquel reino
ub idios y oldado .
Admiróse toda Inglaterra al saber la nueva convocacion, porque ya
no se esperaba una reforma legal , única in embargo que era anhelada,
puesto que
á
pesar del descontento no se meditaban 'iolencia . olo los
sectario , la plebe en ciertos punto ,
y
algunos hombres comprometido
·orno jefe de partidos, alimentaban pasione sombrías ó ideas mas fuer-
tes. El público los babia aprobado sostenido, pero sin asociarse á ello
ni dárselo á entender. Los ontra tiempos sufrido habían hecho dudar
á.
mucho en punto á la legitimidad ó conveniencia de la última obstinacion
parlamentaria. e recordaban con pe ar su
á
pero lenguaje
y
su sesio–
n,e agitada ; se e p raba en urna mas prudencia. Con tale anteceden–
te e eligió una cámara baja contraria
á
la córte, decidida á hacer pe–
ticione
formada en parte de los antiguo jefe de la opo ·icion, pero en
la que dominaban lo iudadano pacífico , in es¡ iritu de partido, des-
onfiado en punto
á
arranque confabulacione ecreta ', de eo o d
reformar abu o in enemi tar e con l re , in comprometer la tran-
quilidad pública.
Despue de algun retardo que exasperó lo ánimos, se reunió el par–
lam nlo en 15 d abril de 1640. árlo hizo leer la carta de Jos escoce-