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lo oficial ) onlenánuol que tuvie en di pue lo para un ca o cual–
quiera. árlo por su parte, no bien hubo licenciado u ejército, cuando
se ocupó por bajo mano á levantar otro.
Un mes despue de la pacifica ion llamó
á
trafford á Lóndres para
' consultarle, decía, a ·eren. de alguno plane militare ,
y
añadió: «Me
a i ten mqeha razones para de ear tenero poi' algun tiempo cerca de
mi : no puedo espresp.rla n nna carla :
1
pa to s o
é
tiene mucha,
ramifi acione , mucbisimas.
»
Voló allá
~rafl'orJ
,
y
on placer, porque
de de mucho tiempo anhelaba estar junto
á
u oberano, que e donde e
prometía poder
gloria. Llegó resuelto
á
de arr llar toda u energfa
co~tra
los enemigo de la corona, hablando con desprecio de lo e coce–
se , a egurando que solo por falta de nervio se había perdido todo,
y
prometiéndose in embargo de la firmeza del monarca un apoyo perenne.
Encontró la córte agitada de o cura intriga ; el conde de Essex, trata–
do con frialdad
á
pe ar le u buena conducta on la campaña, e babia
retirado de contento ; lo oíl iale e acusaban mútuamenle de inhabili–
dad
y
afemina ion; lo favorito do la reina se apro uraban
á
aprove–
charse de la onfu ion para a ti ar us plan
perder
á
u rivales; el
re e taba tri te
y
abatido : do modo qne pronto se vió lralTord impo i–
bilitado de bacer adopta1· lo
~ue
r ia nece ario, d hacer umplir lo
adoptado. Entonce e olvieron onlra l la intriga ortesana ,
y
no
pu o impedir que sir Enrique '\ano, uno de sn enemigos, fuese nom–
brndo
á
in tigacion de la reina ecretario de
i
lado.
El público que lo había visto llegar, ansio o incierto del u o que
haría de su inOujo, tardó poco en ab r que pro o aba la medidas ma
rigoro a ,
mpezó
á
maldecirle. Entre tanto , la necesidad s ha ia
·ada ez mas urgente. IJabian e su citado duda ntre
1
r
y
los es–
oce e acerca del tratado
el
Berwi k, del que nada se había crito,
árlo hizo quemar por mano del verdugo un pap l que n enLir de aque-
llo contenía u erdadera di po icione , ma no o atre ió
á
desmen–
tirlo publicando otr porque n
1
cur o de las negociacione babia he–
bo
parar lo que no int ntaba umplir.
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!nodo ' l parlamento de
i
cocía irritado por e ta falta de
~
, animados por u amigo de
Inglaterra
á
redoblar
u ~
precau ione , lejo de ed r en nada, dirigían
nuev mas o ada deman a .
i
l purlameoto pedia que l re d bie e
onvocarlo 'ada tre año ; que a gurase la iqd penden ia d la
elec ione de los debate , qne Ja libertad pol!Lica, bien garantida,
vela e por el maotenimi nto d la
f' .
Re onaron ma que nunca n la