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08

111 TOnIA

lo oficial ) onlenánuol que tuvie en di pue lo para un ca o cual–

quiera. árlo por su parte, no bien hubo licenciado u ejército, cuando

se ocupó por bajo mano á levantar otro.

Un mes despue de la pacifica ion llamó

á

trafford á Lóndres para

' consultarle, decía, a ·eren. de alguno plane militare ,

y

añadió: «Me

a i ten mqeha razones para de ear tenero poi' algun tiempo cerca de

mi : no puedo espresp.rla n nna carla :

1

pa to s o

é

tiene mucha,

ramifi acione , mucbisimas.

»

Voló allá

~rafl'orJ

,

y

on placer, porque

de de mucho tiempo anhelaba estar junto

á

u oberano, que e donde e

prometía poder

gloria. Llegó resuelto

á

de arr llar toda u energfa

co~tra

los enemigo de la corona, hablando con desprecio de lo e coce–

se , a egurando que solo por falta de nervio se había perdido todo,

y

prometiéndose in embargo de la firmeza del monarca un apoyo perenne.

Encontró la córte agitada de o cura intriga ; el conde de Essex, trata–

do con frialdad

á

pe ar le u buena conducta on la campaña, e babia

retirado de contento ; lo oíl iale e acusaban mútuamenle de inhabili–

dad

y

afemina ion; lo favorito do la reina se apro uraban

á

aprove–

charse de la onfu ion para a ti ar us plan

perder

á

u rivales; el

re e taba tri te

y

abatido : do modo qne pronto se vió lralTord impo i–

bilitado de bacer adopta1· lo

~ue

r ia nece ario, d hacer umplir lo

adoptado. Entonce e olvieron onlra l la intriga ortesana ,

y

no

pu o impedir que sir Enrique '\ano, uno de sn enemigos, fuese nom–

brndo

á

in tigacion de la reina ecretario de

i

lado.

El público que lo había visto llegar, ansio o incierto del u o que

haría de su inOujo, tardó poco en ab r que pro o aba la medidas ma

rigoro a ,

mpezó

á

maldecirle. Entre tanto , la necesidad s ha ia

·ada ez mas urgente. IJabian e su citado duda ntre

1

r

y

los es–

oce e acerca del tratado

el

Berwi k, del que nada se había crito,

árlo hizo quemar por mano del verdugo un pap l que n enLir de aque-

llo contenía u erdadera di po icione , ma no o atre ió

á

desmen–

tirlo publicando otr porque n

1

cur o de las negociacione babia he–

bo

parar lo que no int ntaba umplir.

11

!nodo ' l parlamento de

i

cocía irritado por e ta falta de

~

, animados por u amigo de

Inglaterra

á

redoblar

u ~

precau ione , lejo de ed r en nada, dirigían

nuev mas o ada deman a .

i

l purlameoto pedia que l re d bie e

onvocarlo 'ada tre año ; que a gurase la iqd penden ia d la

elec ione de los debate , qne Ja libertad pol!Lica, bien garantida,

vela e por el maotenimi nto d la

f' .

Re onaron ma que nunca n la