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lll TORIA
por senderos lentos
y
tortuosos. De vez en cuando se aumentaba la alar–
ma populai·,
y
el clero nacional resistia; ma entonces se suspendian Ja.
asambleas,
y
e desterraba
á
lo mas osarlo predicadore . El parlamento
muchas veces llegaba á titubear por espirilu de servili mo· se retardaban
· las elecciones, se cortaban las discusiones,
y
basta se fal iílcaban las vo–
taciones. La iglesia de Escocia al traYé de los combates, ventajoso
iempre para la corona iba pa ando por grados al yugo de una gerar–
qufa y de una disciplina casi conforme á la de la igle ia anglicana,
y
que
consagraba como ya se ha dicho el absolutismo
y
el derecho divino d
los obispo y del rey. En
1656
parecía que el plan tocaba
á
su término ;
el episcopado había recobrado ya u juri diccion ; el arzobi po de an
A11drés era canciller del reino,
y
el obispo de Ross iba
á
er nombrado
gran tesorero : de catorce prelados los nueve tenian asiento en el consejo
y
preponderaban en él. Cárlos y Laucl creyeron que era tiempo de con–
sumarlo todo, dando de golp_e
á
esta iglesia, sin consultar al clero ni al
pueblo, un código canónico y un culto correspondient
á
u nuevo
e Lado.
Pero en Escocia, á diferencia de Jng'lat rra, no babia e.mpezado la
reforma por el antojo del princl pe
y
Ja humilla ion de la córtc. Po¡ ular
en u cuna se babia elevado al trono
á
de pecho de lo ob táculo , en
vez de de cender de él. Jinguna diferencia de istema, de situa ion 6
el
intere~es,
tenia divididos
á
sus partidarios, antes de omun acuerdo du–
rante una larga lucha habian aprendido
á
oponer e a1poder
1
manejarlo
á
su antojo. Lo predicadores escoce es podían envanecer e de babPr
sublevado á Ja nacion, de haber so tenido la guerra civil, de tronado
una reina,
y
dominado
á
su re hasta tanto que subiendo
á
un trono
estranjero habia con eguido librarse de u predominio. Fuertes por la
unidad
y
por el recuerdo de tantas victorias entrometían o adamente en
us sermones, como en sus ideas, Jo polilico con lo réligio o, lo asunto
del país con la controversia de la fé,
y
de de el púlpito censuraban la
conducta de e tos 6 de aquello mini tro , así como la5 co lumbre d
sus parroquiano . En u escuela babia el pueblo aprendido la audacia
del pensamiento
y
del lenguaje. o debiendo el triunfo de la reforma
mas que á sus esfuerzo , la idolatraba
no
solo como reencia, ino orno
obra su a. u máxima fundamental era la independencia espiritual d
u iglesia, mas no la supremacía religio a del monarca,
y
e creia con
derecho en e lado de defender contra el papi mo, Ja monarquía
<'!
epi copado, Jo que in au ilio de e to babia con eguido e labl cer. Por