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m

TOWA

trabas al curso de las leye . Al ent1·ar Cárlo sordamente en la carrera

11el despotismo, podía prometer:e para lo suce ivo mas felices resultado ;

había apartado del partido popular su ma brillante jefe y elocuente

pradores : sir Tllomas , nombrado baron , habia entrado en el con ejo,

'' á

pesar de la amenazas de u antiguos amigos :

c1

O iLo para el salan

de Westminstern le dij.o

Pyrn

al de pedirse; pero Wentworth, ambicioso

yaltanern, se precipitó con ardor hácia la grandeza, bien ageno de p11e–

ver hasta que punto llegaría

á

ser odio o

y

fatal á la libertad.

Ülrc

de–

fecciones siguieron á la suya; , Cárlo rodeado de nue s consejero ,.

mas mesurados, mas hábile , y menos impopulares que Bucking·ham,

vió sin temor acercarse la egunda legi !atura

(20

enero de

1629 ).

No bien se abrió esta, cuando los miembro de la ámara de lo

o-

munes qui ieron saber que ejecucion e había dado al bill de derecho .

La cáma1·a se enteró de que en vez de la egunda respue ta del rey se–

habia unido al bill la primera conte tacion, to es la eva iva que habia

sido desechada. Norton impresor de cámara de . M. confesó que al día

siguiente de la prorogacion, babia recibido órden de mudar el le to,

suprimir lodo lo ejemplares que llevaban la primera respue ta de Cárlo

que

tei

minaba con estas palabras

:

<1

lle h ho

cuau.lo

me tocaba : en

adelante nada puede imputár eme. n

La .cámara mandó traer los comprobante ,

y

á pesar de e o no vol–

vieron

á

ocuparse de este asunto, por no patentizar dema iado taninsig–

ne mala fé : mas su silencio no pudo pa ar por olvido.

La opa icion reno1•ó sus ataques contra la tolerancia de lo papista ,

el favor otorgado

á

las falsa doctrinas, la desmoralizacion, la mala dis–

tribucion de dignidades

y

empleo , los procedimiento de los tribunales

escepcionales,

y

el de precio conque e miraban las libertades pública .

Tal era el ardor de la cámara, que cierto dia o ócon silencio ha -

ta con bondad á un desconocido, de a pecto mi erable gro era apa–

rienci~,

que al hablar por primera vez, denunciaba en mal lenguaje

co:no poseído de furor la indulgencia de un obispo para con un predi–

cador 0scm·o, chabacano papista, segun dijo. Aquel orador oscuro era

Oliverio Cromwell.

Rn vano trató c'árlo de conseguir de la cámara baja la concesion de

los derechos de aduana, única mira que se habia propuesto al convocar

el parlamento. En vano empleó la amenaza, óse valió de la dulzura , con–

fesando que todas las asignaciones las debia al pueblo

y

al parlamento

que debia señalarlas, pero exigiendo si mpre que se le concediesen sub-