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al- determinar nuestra consti–
tacióo debemos atender: 1?
á
la con–
BPrvaci6n de los derechos
impres~rip
tibles
é
irrenunciales, cuales son
liber-
t,ad, seguridad, p·ropiedad, ... ...
2º
á
la
conveniencia
de
inomitible base con
las medidas posteriores que demandan
los respectos apuntados en
la
enuncia·
cióo del problema». [Población, ex–
tensión, costumbres, etc
J
ccOonollida
es
Ja blandura del carácter peruano,
y
su predisposición á .recibir las formas
que se le quiera dar,
y
mucho
mál~,
si se adoptan maneras agradables
é
insinuantes.
De
lo cual como rle la lar–
ga opresión en qne hemos vivido, de–
p~nde
Ja. falta de energfa
y
celo por Ja
libertad, sin que neguemos por esto
nuestra aptitud
reactiva
contra
el
des-'
potismo. Pero, cnidá.ndpse de un plan
permanente, no deben entrar, como ,
medio de resistencia para afianzar el
objeto propuesto, hechos particulares;
porque una vez establecido aquél, se–
ria una
desgra~ia
tener que recurrirá
éstos. Ahora bien: debilitada. nuestra
fuerza,
y
avezados al sistema colo–
nial,
cqys
educación debe habernos
dado una segunda nstoraleza ¡que se–
rfa.mo~f
que tendriamost ¡cómo habla·
riamos
i
la
presencia
de.unmonarca!
Yo lo ·diré: aeÍ'iamos
excelentes
vasa·