- 100 ;_
ellos no pueden
venir de foera, tienen
que ser producto del estado social
«Tí·
tulos concedidos por
Ja
metrópoli á
un
muy corto
número
de familias en Amé·
rica, no han formado allá, decía Hum-
bold lo que llaman en Europa
un
aris·
t.oeracia nobiliaria)) (163.)
Cuando San Martfa creó la Orden
del
Sol
en
8 de
Octubre de
_1891
y
con·
virtió
lo~
((Tít ulos de
Ca~tilla»
en
aTí·
tulos del Per
Úll
por decreto de 27 de
Diciembre <lel mismo afio
«Una
burla
d~
risa pública contestó
á
los decretos
del gobierno
y
á
la formalidad de lcis
interesados» [164.
J
)63 [Viage A
las regiones equinocciales
del nuevo üontioente, tomo
b.
0
pág.
-69.]
16( Vigil, Opúsculo citado, pág.
~0
1
nº
21. Desde mucho antes se habia empren–
dido una cmzada contra los
tttulo~
de no·
bleza. .
~u
EL
I NVESTI GADOR
de 30 de A·
gosto
de 1814,
L?
61,
en
un arttculo
que
trata
de his
Executori aB
hay
e'ste
pámifo:
No
hay
que
coutar con
t yes,
con
igual·
dn d
d e
d ertJchos,
con
soberan'ia nacional,
ni
<'OD
ninguua
de las instituciones que
pocidan hscer
d~cir
con
verdad:
somo;:;
i n,
brts,
mientras
un
ár bol
g enealó;¡ico,
lu ·
di11loma, una carta d e gracia, una execu·
tori .i, y un pergamino
tengan ei influjo ne·
cesario para hacer m!is honortfica en
la
sociedad Ja ociosidad, que los serviciott, Ja
nulidad, que el
m érito,
el vicio que la vir·
tud.
u
H1n varios periódicos podriamos oi·
tar más articuloe.