- 98-
de ella; que eso nada menos importa
decl arar
prematura la independen<>ia.
[159]
¡Cómo si un hambriento debiera-re–
husar un pedazo de pan porque no
basta para saciar su apetito,
para
sa–
tisfacer su necesidad! El absurdo sal·
ta
á
la vista
y
ha sido
ya
r~chazado
por
notables escritores americanos
(160).
Más
no bastaba destruir el error,
era preciso encontrar
la
expresión
exacta de la
verdad, deducida no de
raciocinios
más ó
menos aceptables
y
discu tibles· sino desentrafiada de la
misma
sociedad colopial
mostrándola
como un efecto de la manera de .ser
del virreinato.
Así se
comprende per–
fectamente
que
mientras
él
snbsis·
tiera; siempre
nos
independizaría·
mos en
la~
mismas
ccfatales condicio·
nes»,
reagravadas por la
herencia
y
el
159,.
Nos cuesta trabajo decirlo,np9 due·
le disentir de la autorizada opinión de
nuestros primeros publicistas; pero esta·
mos fntimamente T1ersuadidos que esa re·
voltlciófi
fué
demasiado prematuran (Ma·
gariflos Cervantes Estudios históricos, po·
lfticos
y
sociales sobre el Rio de la Plata,
1854
J'á1g.
3411
160 Vigil [F. de P. G.] Del gobierno re–
publicano en América, opúsculo
IV,
Li·
ma
1854
pág
8.