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La ley de imitación del superior por
el inferior-máxime cuando éste
eE-tá
·completamente aislado, sin el más pe–
queñ.o asomo de vida autonómica,
y
sólo tiene á aquel por ejemplo y espe–
jo-y la
ley
de raza en conquistadores
y
conquistados tenfan que dar por re–
sultado una profunda semejanza entre
Espafía
y
sus colonias. Sería menester
que desde su princil'.>io hubieran ha–
bido, rn lugar de las influencias coad–
yuvantes que hubo en ese sentido, no
sólo algunas modificadoras, sino can–
sas opuestas capaces de equilibrar
y
vencer las dos sefialadas para que
ellas no informaran, como informan,
nuestro pasado colonial, y para que
aquella semejanza. no fuera una ver ..
dad incencusa. Para verifiearJa, sin
embargo de que eila resalta en los cal.
minantes hechos históricos de ambas
sociedades, vamos
á
comparar, á gran–
des rasgos España con el Virreinato
del Perú. No cabe elegir me-jor base
que el discurso, cuyo mérito quedará
así
demostrado.
Comienza determinando el carácter
del poder civil en la Metrópoli, para
conocer el del gobierno de
la
Colonia.
''Los reyes de E8pafia tuvieron preci–
samente, dice, que gobernar en las
Indias en relación con los principios
de politica que
se
hallaban estableci–
dos
en su
patria'',
y
se1
ia ' '
un deseo.