LXII
Prólogo.
dida tambien por dori· Pedro de Heredia á los
~nes
de
1535
ó
principios de
1536
(a),
aguas arriba del Da–
rien ó ChoGó,
á
través de salvajes florestas.pobladas de
murciélagos vampiros, y que <lió por \Í.nico resultado
el descubrimiento de ·una casta miserable de indios
.
.
arborícolas,
~uya
vivienda trae á la memoria la · del
nshi~go-mbuyé,
un rnonb troglodita
(Troglodytes cal–
vus).
Sin embargo, Dabaibe, ·cacique
ó
sobe~ano
.fabu–
loso
y
como tal inmensamente
rico~
gozaba ' desde 'los·
tiempos de Pedráriás de tanto nombre en
Tier.raFir–
me,
como.elDorado en Quito-, Popayan
y
Bogotá: su
/
misterioso reino desvanecíase delante de los que iban
á
descubrirle, de la misma
maner~
que los lág,os que
fin ge
el
espej_ismo en .los
de~iertos
africanos,
al
acer–
carse
á
sus orillas el sediento viajero. El factor de Cas–
tilla
~el
Oro Juan de i.:avira gast.ó
40.000
pesos .e~
una .
armada que hizo para subir
el
rio, la cual, ánqadas mu–
'c;has leguas; se perdió, mutiendo
el
factor con otros ca-
pitanes y personas
señal~das,
por ser los naturales ribe-
(a)
Castellanos supone que comenzó esta
exped~ion
á
mediÚ os de
abril de 1536
(Hist. de Cartagena,
canto IV.); pero hay una carta de
don Pedro de Heredia al Emperador fecha en Cartagena
á
2
5
de noviem–
bre de 153 5, en que le anunciaba estar ya de .camino para ir
á
ella; y otra
cart:i de los oficiales reales de Cartagena, tambien al Emperad0t, fecha
en esa ciudad
á
5 de abril d e 1536, en que dicen: «no trae
el
gobernador
de Dabaybe, de do .hace
2
5
años que se t enían
maravillos~s
noticias,
sino
6.ooo pesos.» (Col. Muñ.
~·
80,
fos. 122
y
276 vtos.)
. ..