· . .
Prólogo. ·
LIX
saron á España; · estos quedaron ·en ia gobernacion de
Cartagena, y á él le
~ncontr~mos
al año siguiente de·
1536
en San
Sebastian.deBuenavista
(a).
Ignoro con qué motivo y cuándo el futuro cro–
nista se trasladó desde el próspero Cenú
á.
la ciudad
.
.
.
.
frontera de Urabá;
p~ro
pr:esl:lmo que un muchacho ·
.
'
.
sin otros medios de fa r-tuna
qu~
su espada y &us brios.,
no viajaria por capricho, sino buscando la manera de
lucir ambas cosas y medrar con ellas.
. Veamos cuál p'udo ser la ocasion más propicia á
sus fines.
Don Alonso de Heredia, á quien
~u
hermano envió,
como se ha dicho, á la culata ó gplfo .de U rabá, . lle-
. gado al del Genú, mientras se le juntaban los tres
barcos que habian de conducirle á su destino, ocupóse,
conforme á las instrucciones .que tenia,
en
la
conquis~a
del territorio de Catarra:pa y
for:rdacio.ndel pueblo de
S~n;tiago
de Tolú, escala ·necesaria á los tratantes que
habían de frecueptar la proyectada Villa Rica_. Pero_ los
.indios catarrapas eran tenaces
y
esforzados
é
~ieieron
, la campaña, a_unque breve, sangrienta y trabajosa; con
lo cual recreció de tal modo la mala volun.tad de la gen–
te española, ya disgustada de su partida del Cenú, que
(a)
11
Y
o
me hallé en ,esta ciudad de San Sebastian de Bueñavista
el
año
de
153
6. "
(Primer~
parte de la
Crónica
del Perú,
cap.
IX.)
·.