Número
18.
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razon me haga esta merced, no me alargaré en esta más
de rogar á N. S. guarde á Vuestra Señoría para sí. Amen.
Deste Cuzco do quedo por capellan de Vuestra Señoría.–
El Padre Pedro Albadan. (Original.)
NÚM.
18.<'
La muerte del inca Manco por los almagristas que,
despues del combate de Chúpas, se acogieron al amparo
de este príncipe
y
de los montes inaccesibles que habitaba,
en concepto de Prescott,-gran apasionado de las cosas de
los antiguos dominadores del Perú,-constituye un episo–
dio de bastante importancia en la historia de la conquista;
pero añade que {( es imposible determinar quién tuvo la
culpa de la contienda [causa de aquella desgracia], pues
ninguno de los que se hallaron en ella pudo salvarse para
contarlo.>>
Ninguno de los españoles
debió decir,
y
que
por esta razon fué imposible averiguar lo cierto; porque
varios de los parientes, capitanes y servidores de Manco,
testigos de la catástrofe, quedar9n con vida' y segun su
costumbre, cada uno la refirió de diferente manera y siem–
pre en sentido favorable á la víctima y en contra de los
españoles. Y de aquí el desacuerdo que existe entre las
versiones de Pedro Pizarro, López de Gomara, Garcilaso
y Cieza de Leon.
Sin embargo, aún no es conocida la más parcial y no–
table de todas, la del hijo menor del desdichado inca,
Titu Cusí Yupanqui, despues Don Diego de Castro, que
presenció el suceso. Siendo ya neófito, á principios del año
de
1
570,
dictó
á
fr.
Márcos García, religioso agustino que
se hallaba
á
su lado en Vilcabam ba instruyéndole de su
nueva creencia, una
Relacion de cómo los españoles entra-