so
·
Zfbro primero
1
.
temor , porque siempre
viví con
de
la
tierra de Palestina que te_.
él. Y del bienaventurado Agaton nian en guarda la
dic'h~
celdá.
se ·escribe que estando en este Y despues de haber vivido unos
paso con este mesmo
te~or,
y
pocos dias en ella, cayó en una
preguntado, por qué tcmta, ha-
enfermedad ,
d~
que muri'ó. Un
b~eodo
vivid_o, con tanta inocen-
d!a pues antes de su muerte sú–
cia; res po :1 d10, qt!e .P?rque
e~an b~tamente
quedó atónito;
y
te–
mu}r
d.ferentes loSJUIClos de
D10s
mendo los ojos abiertos, miraba
de los de los hombres (a). Y no es
;i
la
una.
parte del lecho
y
á la
me nm temeroso el exemplo que etra:
y
como si estuvieran · alli
S. Juan C lÍl'!l"aco, varon santísimo, algunos que le pidieran cuenta,
escribe de otro Santo Moage; el
respondía él en presencia de to–
qual (por ser cosa mucho para dQs los que alli estaban , dicien–
notar) referiré aqui por sus mes-
do algunas veces: asi es cierto;
mas palabras. Un
Rdigio~o
(dice mas por eso ayuoé cantos años.
él) (a) que mor.aba en este lugar, Otras veces decía: no es
asi;
llam1.doE <; tephano,deseómucho mentís; no hice tal cosa. Otras
.-
la vida quieta
y
solitaria:elqual decia: así es verdad; mas lloré,
despues de haberse exercicado
y
serví tainas veces
á
los próxi–
en los trabajos de la vida Mo- mos por eso. Y
otra
vez decia:
nástica muchos añós,
y
alcanza-
Verdaderamente me
a~usais:
asi
do gracia
de lágrimas
y
de ayu
es:
y
no
tengo
que
decir,. sino
nos,con otros muchos priveligios que hay 'en Dios misericordia.
de virtudes, edifü::ó u
r,elda
á
Y era por cierto espectáculo hor-
-'Ja
raíz del monte doude _Elías en
rible
y
temeroso ver aquel invi-
. los
tiempos pasados vió .aquella síble
y
riguros<>
juicio.
i
Misera·
sagrada visi<w. Este padre de tan ble de
mí~
i
Qué será de
~í
1
religiosa vida,dt.:seandoaun ma-
pues aquel tan grande seguidor
yor rigor
y
trabajo de peaiten- de soledad
y
quietud , . en algu–
cia, pasóse de ahí
á
otro lugar nos_ de sus
peca~os
dec1a
que no
llamado Sidey, que era de los
tenta t¡ue responder; el qual -ha–
Monges Anacoritas, que viven bia quarenta años que era Mon·
en soledad. Y despues de haber ge,
y
habia alcanzado gracia de
vivido con.gra ndhi mo rigor en
lágrimas. Algunos hubo que d.e
esta manera d'e vida { por estar verdad me afi rmaron que estan–
aquel lugar apartado de tod a hu -
do este Padre e.a
el
yermo, da·
mana. coosolacio11 ,
y
d esviado
ba
de comer
á
un Leon
par~?
seteura
mtlla.s
de
poblaá.o)
al fin
por
su mano.
Y
siendo tal, paruo
de la vida vínose de alli, desean - de esta vida , pidiéndosele
tan
do morar
en la
primera celda de estrecha cuenta.; dexándonos in–
aquel sJgrado mon te. T enj;i, él cie rtos qual ful:!se su
j uicio,
qu~l
ahí dos discípulos
muy
religiosost,
su
término,
y
qua.l la sentencia
·
de
(a)
Cap~
7.•
en. la
2.
part. del
cap.