de
la E.>:bortacion
á
!et
Virfrl(/.
5g
y
me hice sordo
(JP
tPorqué sal de rndos, quando se cumpfüj
aborrecí
la
di.ciplioa ,
y
no aque lo que
ice d Apóstol (b):
quise
obedc:cer
á
mi.
Mae tres, Todos conviene
que
camos pre–
ni hice caso de las voces de lo
sentados ante el tribunal d Chr ·
que me ense
an
~
todo~:-
to; para que dé cada uno cuenta
nero d
eca
os
he
vivido
en me· del bien
ó
mal que hizo en este
dio de
Iglesia
y
del Pueblo.
cuerpo. Y porque de
la~
stñales
Estas pues serán las ansias, las
terribles que h n de preced ·r á
congojas ,
y
las co
ideraciones este juicio ,
y
toda la histo1 ia
de los malos en est
hora. Pues de él tratamos
n
otro lugar
(e);
po que
tú ,
her
o mio , no al pres nte no diré mas qu
el
ri·
te veas en este apr to , ruégote gor de la cuenta que se ha de pe·
ahora quieras
de
todo lo
que
has· dir en él,
y
lo que despm s de lla
ta aqui está dicho, considerar
y
se ha de seguir • para que por
retener estos tres puntos en la aqui vea el hombre quánta obli–
memoria. El primero sea consi · gacion tiene
á
la virtud.
derar qué tan grande ha de ser la
Lo primero es tanto
para
sen-
pena que á la hora
muerte
tir, que una de las cosas
ce
que
recibirás por todas
ofensas aque santísimo Job mas se ma -
que hiciste contra Dios.
El
se-
ra,vil
aba,
es v r c.ómo siendo el
gundo,
qué
tanto
es lo
que
allí hombre una
iatura tan liviana
desearás haberle
servidd
y
agra·
y
tan
mal inclinada , se pone un
dado , para tenerle
pa-ra
aquella
tan grande Dios en tanto rigor
hora propicio, E
terceio , qué con ella , que no ha
y
palabra,
ni
linage de penit
desearás alli pensamiento, ni movimiento des–
h_acer , si para esto
se
.te diese ordenado, que no lo tenga escri·
ttt
po : porque de tal manera
to en los libros
y
pro cesos de
stl
trabajes
r vivir ahora, como justicia para pedir de ello muy
entonces desearás ha
vivido. menuda cuenta. Y asi prosigue él
•
á
la larga esta mnteria, dicien ...
CAPITULO VIII.
do(d)qPorqué, Señor, escondes
Del octavo titulo por donde el
hombr está obligado
á
/á
virtud,
por ..
causa de
la
segunda pos-
tnmerfa
,
que
es el juicio
final.
D
Espues de la muerte se
si~ue
el
juicio particular d cada
uno,
y
despues de éste el
univ~r·
tu cara
de mí,
y
me tratas como
á
enemigo~
tPorqué quieres
de·
clarar la grand.eza de tu poder
contra una hoja que se mueve
á.
cada
viento~
i
y
persig11es un.a
paja tan
liviana~
i
Porqué
escn•
bes en tus libros contra mí las
penas amarguísimas con que me
has de castigar,
y
quieres consu•
mirme por los pecados de mi
mo–
. (a)
!'rov.
5.
(b)
"·Cor.
5.
(e)
Libro de la
Oracion en- la cote•
11derac1on
del
Jueves ei1Ja nocpe,
(d)
J-ob
13.
'