de laExhortacion d !trl/irtud.
ta
y
r.egalada , desear all i uol v n p1ra n J a ; ni
l o~
M
g·Jti1
de
agua ,
y
no
alcanzarla.
d ~ .
pu s
r¡ u ~
e l
enfl! rm
ac ·
1
Y si somas
tan
delicados ,
que viJa. Pu ·
ent o
>C•.!s
v ~n
r
n
apena'> podemos sufrir aqui una
( aunque tirde )
á
e t.!r
n
1
calentura de tres dias; l_cómo su . cu ... nta de
s u~
yerros,
y
alli s rá
friremas alli el fuego de
un~
eter. decir: Ec;to 6 lo otro nos
ccn1ve–
nidad
~
Si nos espanta una
sen -
nia hacer,
y
bien fui m
muchas
tencia de muerte de un Juez de veces avisados de ello,
y
no nos
la tierra , que nos priva de
qu'.1 ·
aprovechó . Po rqu
t:im
i
n en -
renta 6
cin~uenta
años de vida;
tonces
los Judíos conocerán al
i
cómo no temeremos la senten-
que
vino en el nombre del S
~ñ
r;
cia
de aquel Juez, que priva de mas no les aprovechará este co–
la vida perdurabld Espántanos nacimiento; porque no
lo
tuvi e–
ver algunas maneras de justicias
ro'.l en su tiempo.
i
MJ qué po ·
rigurosas que se hacen acá ca la dremos, mise rables de nosotros,
tierra contra los malhechores, alegar en este día, quando el cie–
quando vemos cómo
los verdu·
lo
y
la tierra,
y
el sol
y
la luna,
gas los llevan por fuerza, cómo
los dias
y
las noches,
y
todo el
los azotan , descoyuntan , des· mundo estará dando voces con.
miembran,
despeda
zan yabra·
tra nosotros,
y
testifi ca ndo nues·
san con planchas d
fuF.go.'iPues _tros males;
y
donde (aunque to–
qué
es
todo
esto, sin
o ri ·ay
om- das las cosas callen) nuestra mes·
lira
en comparacioo de los
tor-
ma concienci a. se levantará con·
mentos de la
otra
vi da~
P rque
tra
nosotros ,
y
nos
acu~a r ál
.todo esto finalm áte con
l& ·
a Quasi todas estas son palabras de
.se acaba; mas alli, ni el gusa no
S.
Chrysóstomo; por las
quale9
mucre, ni la vida fenece, ni el ver' el hombre el temor que de–
atormentador se cansa, ni
el
füe-
be
siempre tener de este dia , si
go se
apagará jamás. De
manera, se
halla
alcan~ado
de cuenta. Asi
·_que todo quanto quisieres
com-
mu~stra_
que lo temia S.A nbrosio
parar con estas penas, s{!u
fuego~
(aunque estaba can bien aperce–
sea hie!ro, sean bestias, sea otro · bido), el qual escribiendo sobre
qllalqu1er
tormento,
todo
es
como
S.
Lucas , dice así:
¡Ay
de mí,
s~eño
y
sombra en su compara-
sipo
lloráre mis pecados!
¡Ay
de
c1on.
m1 ,
si no me
levantáre
á
la
J,>ues los malaventurados que media noche
á
coofescfr, Señor,
despe.didos de aquellos tan
gran·
tu santo nombre!
¡Ay
de mí , si
des bienes, fueren condenados 4 eagañáre
á
mi próximo, si no
estos males,
i
qué harán, qué di- habláre verdad! porque
ya
está
rán , cómo se acusarán ,
cómo
puesto el cuchillo
á
la
rafa del
gemirán
y
suspirarán¡
y
todo en
~rbol.
Por tanto trabJje por dar
vano ; porque ni los .marineros fruto, el
que
pudiere, de gracia,
despues de sumido el navío sir .
y
el que es ·deudor de penitencia.
H
2
Por·