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11 BSCBIB'IB BS'P-4 OBBA.
LA. América se afana por la publicacion rle una obra, que se
supone escrita por mí-Vidaurre contra Vidaurre. Vienen cartas
de puntos muy distantes, solicitando las copias. Se me reconvie.
ne de contínuo por sujetos piadosos y respetables. En mi último
viaje al Ecuador se me ha hablado de este asunto en lugares, don•
de debia creer, no era aun conocido mi nombre.
¿Cuales deben
ser mis sentimientos? La relijion
y
la gratitud los inspiran y ape·
nas acierto á esplicarlos. Un d·ilor el mas vivo me opmne, al
contemplar, que se exije la rr.tractacion de opiniones . escandalo–
sas esparcidas en ambos mundo!!.
Placer puro me anima, recf>–
nociendo en los mismos que zelan el honor de nuestra relijion,
sensible interes
á
mi persona: debo corresponderá esa no mere–
cida benevolencia. Es derto <¡ue hacen cuatro afü)s, que me pro–
puse satisfacer
a
mi Creacio1· con las mismas armas de que abusé.
, D oce, que en la tribuna del Congreso publicaba, que el plan del
Perú era un libro abominable por algunas de sus notas. Dije, sin
pudor, que si habja seguido á Olavide en sus errores, tambien
quería ser su prosélito en el arrepentimiento. Mi resolucion fué
interrumpida.
os i;nis erjos de la Gracia s•m incomprensibles:
no babia llegad el tiem o.
..\gustin escucha muchas veces la
voz del ciclo
in tener fúerza, para romper sus vínculos con la
tierra.
jQuE
port nt:os obraJa P ov'i\lencja eµ mi favor! Ya me
reprende .co
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padre, ya me astiga como juez. El orgullo
y
el
amur fueron mis pasiones dominantes,
Se sirve de ambas, para·
darme á conocer que nada valgo,
y
que solo debo amar al que
me crió, µara que le amase.
Permite que la calumnia, se arme
contra mí, triunfe
y
derribe la deidad de honor á la que sacrifica·
ba
mis ardientes cultos. Defiendo en Madrid los derechos ame–
ricanos: soy insultado y desaparece la brillante carrera en que
me hallaba.
·
EL
Jeneral Bolívar me atrae con eficacia. Vuelvo al suelo
en que nací y se me confian los primeros empleos.
¿Sl)y acaso
feliz? No pcurro al testimonio de mi espíritu siempre atormenta–
do. Mi historia acredita el enjambre de enemigos reunidos para
devornrme.
A
nadie hice mnl,
á
nadie aborrecí: no es este
llli
pecado: el odio no era por venganza.
¿Para que buscar su ori–
len1.
Obr.a~a I~ ~rnno
invisible del
-Ordenad~r
Universal, que no
1mp1dc
la 10JUSt1crn, preparando ella sus mas justos designios.
Sonvo á esos golpes
y
aumentando en mis viajes culpas so..-