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estrecha
a
rogar, ·
y
mediar por
qne Dios rs caridad:
y
si
hl
ti
e·
~1
autor, hasta disculparlo en
ne,
¿a
qné decir flaquezas, ·de–
·-cuanto me sea posible, con tal
fectof', errores, sediciones, ap_as–
que no se oponga
á
la verdad
tasias &a. de los Pontífices"Ro ·
y
á
la justicia.
Mal estoy,
dice manos
?
¿
Qué conexion ti e–
en la pag.
17,
lin.
27,
cnn
esta
nen con su penitencia
y
arre·
ciencia. que se llama teologia es- -
pentimien_to?
Ya
parece que
.
,olásticl~,
y
-en seguidá afit!lJa,
descubrimos el espíritu de la
que no puede prescindü· de elLa
obra: ella es batir de frente
á
su
en muchas ocasiones.
¿Esto
qué maestro el. Sr. Arcediano
Dr.
·prueba? Que la razon esta D. José Ignacio .Moreno, y es–
turbada. Así puedo disculpar- _ to es contra el_
4.
0
precepto
-lo, sin pasar del círculo á que
del Decalago.
Para esto
hac~
·
mé
circunscribe la moderacion.
estudio,
a
imitacion de Febronio
Estoy por decir que el autor no
y Peí·eyra, de citar autoridades,
pretende mas, qne hacer é.poca,
ó la historia siempre trunca -con
adquirir -nombradía, lisonjean"!
solo lo que
á
su intento le con–
dose .con que se le numere eatre
viene,
y
es por aquí pur donde
los novadores ó entre los
sabi~J::;
comenzaré.
filósofos de este tiempo.
Por·
que
¿a
qué fin, un pecador ar–
repentido, qne quiere abjurar
sus errores,
y
que
va
á
desde–
cir;~e
de sus . impiedades, .nos
propone Prolegómenos.del dere–
cho eclesiástico, el órden de las
leyes eclesiasticas, Escritura,
tradicion, j11risdiccion, ·Purga–
torio &a? Mas conforme á ra–
zon· era drcir sincera y humil–
demente, pequé en esto
y
e1;1
aquello, me pesa, me retracto·,
y
pido
á
Dios misencordia.
~Estamos
en el caso de suscitar
€uestiones ,y de .lucir talentos,
para ser penitentes?
¿La Igie-.
sia esta ahora en 6'Stado de ilus·
trar·la? Si esta, por lo qne se ve,
arlherido
á
la Jey -santa
de
Dios,
luego debe :, tener amor: si ha
esturliado el .genio de Dios, co–
mo dijo en
la
pag.
122,
lin.
3,
del Código Penal que imprimió
en
Boston
el aiw
de
1828, sahn\
Convocaóon de Concilios.
Hablando de la autoridad de
convocar
a
Concií"io en la pag.
89,
lin,
17
dice el
autoi·:-~·e
tuvo
p01·
un derecho inmanente
de los Emperadores egercitado
tambien por otros so.beranos Eu–
ropeos.-¡Qué
claramente se ve
que la substracciori de los au–
xilios de Dios, es la pena que
la justicia por esencia ha pues–
to.-al c¡ue se sienta
en
la cat"edra
del · error
!
Esta substraccion·
le cirga el entendimiento
y
en–
durece el corazon por falta de
esta gracia que lo ilumina
y
do–
cilita, asi. crecen esta ceguedad
y endurecimiento, ya no solo
acerca de las costumbres, sino
tambien acerca Cle la
fe.
Nd
d_udo decir con el Angélico
Maestro, que
d
error es comg
el efecto de los
i)Ceadcs
prcee-i