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LA INQUISICION DE LIMA
diado gramática en el seminario de Chuquisaca
i
artes en
Lima, graduándose de bachiller en cánones, afirmándose
en que su profesion habia sido forzada por las amenazas de
muerte que le hizo su tutor. ·Despues de haberse debilitado
mucho en la prision, fué recluso en el convento de su Or–
den, donde falleció en
1714,
ántes de que en su causa se
dictase sentencia.
Celío Riveros del
J
ordan, platero, natural del Brasil,
compareció espontáneamente por consejos de su confesor,
declarando bajo de juramento que era bautizado, que con–
fesaba i comulgaba, i que de edad de nueve años, deseoso
de ver a su padre que navegaba en los ·mares de su patria,
se había enbarcado en una nave que cautivaron los moros,
siendo llevado a la ciudad de Bilbilis, donde le encerra–
ron en un lugar que llaman los baños, en compañia de
tres hombres católicos, i que allí comió del pan i bebió
del vino que tenían preparados los moros para despues
de co1ner en señal de relijion, por lo cual cierto sacerdote
cristiano que entre ellos estaba, le dió de azotes, castigo
que le valiera ser llevado a casa de un moro, que con
grandes agasajos le cuidaba i enseñaba algunas oraciones
en su lengua; que le llevaba a su ama el cojín i la alfom–
bra al templo, donde había una estatua del verdadero pro
feta, que decían,
i
donde despues de predicar sus doctores,
se llegaban los fieles a una baranda, i ton1aban unas tri–
pas sopladas que pendian de las orejas de la estatua i por
ellas se confesaban i pedian gracia, lo que tambien hacia
el reo, pero teniendo siempre cuidado de decir alguna des–
vergüenza para saber si aquel ídolo era el verdadero Dios;
i que estando ya resuelto ·a tornarse moro, hallándose en–
terando el plazo de cuatro años que se concedía de proba–
cion a los neófitos, había llegado un redentor que le res·
cató. Despues de esta confesion, Guevara fué absuelto
ad cautelam,
reprendido en la sala i colocado bajo la ins–
peccion de un calificador para que le instruyese.
Marí.a Flores, alias Candela, mestiza, natural i vecina
del Cuzco, de 1nas de cincuenta años, acusada de que iba
a Lima en veinticuatro horas i volvia en otras tantas; de
que agasajaba una culebra que estaba a los piés de un
crucifijo i que tomaba a éste de las barbas cuando se ha-