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LA INQUISICION DE LIMA
habian practicado el ayuno nde la data de la leyn, lleva–
ron hábito
i
cárcel por un año; Juan i Francisco de la Pa–
rra, que celebraron la pascua de los cenceños, que por
otro nombre llaman del cordero, durante siete días conti–
nuos; Gonzalo
i
Pedro de Valcazar, amb(>S mercaderes i
el último de los cuales a la primera vuelta del tormento
confesó ser judío; Simon Correa, que lo dijo a la cuarta;
Alvaro Rodriguez i Rodrigo Fernandez, que fué puesto
dos veces en la mancuerda, recibió cien azotes despues
del auto, se le confiscaron sus bienes i llevó hábito
i
cár–
cel perpetuos.
Juan Florencio, de veinte i ocho años, por doble matri–
monio;
i
doña María de la Cerda, natural de Buenos Aires,
viuda de un abogado de Tucuman, aeusada de haber dado
polvos de ara consagrada, mezclada con sangre menstrual
en el chocolate a diferentes hombres para que perlnane–
ciesen fieles a sus amores, despues de abjurar
de levi,
re–
cibió cien azotes por las calles.
Ademas de los reos precedentes,rhabia sido penitencia–
do entre año el negro
J
orje ele Illanes, a quien le costó el
haberse casado dos veces cien azotes i cinco años de gale–
ras; i se habian suspendido las causas de Pedro
J
orje
i
Acuña i la del sarjento Francisco de Silva, por judaizan–
tes, siendo el último condenado al tormento i mantenido–
se en él negativo apesar ele cinco vueltas que se le dieron.
Las labores del Tribunal decayeron mucho desde en–
tó.nces, pues hasta el auto siguiente que tuvo lugar en
1666,
solo se resolvieron los procesos ele las personas es–
presaclas a continuacion:
Enrique tTorje Tavares, ele edad de dieziocho años, fué
puesto en la cárcel el
11
de agosto de
1635,
con informa- ·
1
cion de cinco testigos cómplices singulares, los dos meno–
res i uno que despues se retractó. En
5
de diciembre fué
puesto en el tormento, recibiendo siete vueltas en la
mancuerda i tres en el potro, persistiendo en negar el ju–
daísmo de que se le acusaba. Le sobrevino despues nue–
va acusacion de algunos compañeros de cárcel, confesando
solo algunas comunicaciones con ellos i espresando que lo
demas era testimonio que le querian levantar los castella–
nos. Despues de varias revocaciones del reo, fué votado