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O~PfTULO

XIV

345

de los gentiles hombres lanzas de la guarda de este revno,

con su capitan don Lope de Ulloa, todos de ella muy gala–

nes y lucidos con galanos vestidos, y con sus bandas colo–

radas, morriones

y

phnnages,

y .

no llevaban adargas, sino

'

solas las lanzas,

y

en

est~

forma llegaron a los tablados, y

los señores Inquisidores ·virrey

y

Audiencia Real, Cabildos

y

Universidad,

y

caballería subieron al suyo,

y

se juntaron

en sus asientos por sus antigüedades, por el órden y segun

abian ido.

nPrevino el señor Virrey, que las compañías ordinarias

de infantería de la ciudad saliesen este dia, y así salieron

enformados, de que heran capitanes Lorenzo de Heredia, ·

y don Diego de Ayala,

y

estuvieron en ' la plaza de una

parte

y

otra, haciendo calle por donde pasaron los dichos

señores,

y

emparejando con las bander'as los Alferez, las

abatieron tres veces al estandarte de la fe, y dos al Virrey,

lo cual dicen fné así órden de su Excelencia.

u

Luego que , estuvieron sentados en el Tribunal, en

, que tuvo el ·virrey cojin de tela sobre el escaño en que se

sentó, y otro a los piés, segun que tarobien los tuvo otros

tales el señor conde de 1\tfonte Rey, no teniéndolos los se–

ñores inquisidores, el secretario Gerónimo ·de Eugui, su–

bió al púlpitp, y leyó primerante el edicto general de la

fee,

y

luego consecutivamente la bula o motu propio

S1;

de

protegendis,

y

luego ultimamente el juramento acostum–

brado en los autos públicos en favor de la fee, en el cual

juramento se tuvo este órden (segun que en los pasados),

que luego que lo comenzó a leer el secretario, tornaron dos

curas de la iglesia mayor, que. fueron, el doctor

J

oan de la

Rocca

y

el licenciado

J

oan Perez, sendas cruces

y

misales,

que estaban sobre la mesa de los

~ecretarios,

y con ellas,

y

los misales abiertos llegaron donde estaba el Virrey

y

Audiencia,

y

alcaldes de corte, fiscal y alguacil mayor,

pusi~ron la mano en la cruz

y

en el misal, en forma de jura–

mento, al tiempo que el secretario dixo que ujuro a Dios,

y

a la cruz,

y

a los santos cuatro evangelios etc.;"

y

acaba–

do de leer el dicho juramento, se dixo el sermon, el cual

predicó muy bien y doctamente el padre Francisco Coello,

de la Compañía de

J

esus, ordinario

el

este Santo Oficio,

deste arzobispado,

y

de los obispados del <listrito,

el

c~al