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LA INQUISICION DE LIMA
ró el aucto, que fué desde las seis ·de la mañana hasta las
once de la noche, no se menearon de los asientos donde
estaban el Virey ni Vireyna."
uAntes que el aucto se comenzase, predicó el padre
Hernando de Mendoza, hermano del Virrey, y hizo un
sermon tan admirable cual para tal ocasion y audictorio
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se requena. ".
En seguida el Arzobispo degradó a un fraile de la 1\1er–
ced, que era de nlisa, uen el mismo tablado, donde había
puesto un mui rico aparador de plata d'ürado y lo demas
que convenía para aquel efecto."
Con esto dióse principio a la lectura de
l~s
causas de
los reos; que fueron:
Ana de Castañeda, mulata, · vjuda, residente en Pana–
má, e Isabel de Espinosa, casada en España, de donde se
habia venido huyendo de su ma-rido, por hechiceras;
lVIárcos Perez, griego, testificado de haber dicho en Po–
tosí que las ánimas de los difuntos no iban. al cielo, in–
fierno o purgatorio hasta el dia clel juicio final, permane–
ciendo miéntras tanto en un lugar señalado para ello;
Francisco Lopez de Osuna, hombre perdido i jugador,
porque examinando las líneas de las man0s a cierta persona,
le pronosticó que dentro de pocos dias se habia de morir;
Por haber dicho misa
i
confesado no siendo sacerdotes,
Fr. Antonio Renteri.a, mejicano, que se acusó de cosas
deshonestisimas i fué condenado a galeras; Fr. Hernando
Manrique, de Trujillo, ordenado ele epístola, y Juan de
Matos, portugues;
Por testigos falsos salieron Sebastian Baez i Manuel
Riberos, portugueses;
i
por casados dos veces, Francisca
de Herrera, mestiza,
ele
Potosí; Juan Bran, Isabel Perez
i
María Anjela, negros, Francisco Martín Rafael, labrador,
Hernando de Silva, mulato,
i
Antonio de Xerez.
uPor la simple fornicaeion
i
otros delitos en razon del
pecado de la carne": Sebastian de Orbieto, Juan de Ordu–
üa, Pedro de Talavera, Miguel Andrea, irlandes, marine–
ro, J orje Griego, Luis J ullian, de l\tlarsella,
i
dos portu–
gueses del n1ismo nombre i apellido, Antonio Hernandez.
3.
Carta
del Virei, de
3
de
mayo de 1592. Archivo de Indias.