CAPiTULO XI
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Cuando el Virei abandonó el país, ·habiendo cesado asi
todo pretesto que pudiera justificar la permanencia de Sa–
linas i su familia en las habitaciones del Inquisidor, vista
la grandísima murmuracion que babia en el vecindario
i
· en todo el pueblo, hubieron los alojados de trasladarse a su
domicilio; pero de ahí a poco, Salinas, de acuerdo con Ruiz
de Prado, inventó cierto papel en que contrahecha su letra,
·
se decia que babia sido dirijido a una n1onja, i que en él se le
anunciaba que el hijo del Virei se preparaba para mandarlo
matar; haciendo que coincidiera con el embuste, la rotura
de un cerrojo de las pjezas que babia ocupado con su fami- .
lia: con cuyo pretesto se trasladó nuevamente con cama
i
petacas a las casas de la Inquisicion.
Ruiz de Prado, a todo esto, cada dia se iba dejando in–
fluenciar mas por su huésped, pretendiendo ultimamente
que se le clijiera miembro del Cabildo de Lima, apesar de
la tenaz resistencia que hallaba de parte de los cabildan–
tes; i llegando despues hasta hacer prender, sacándola de
la cama en que se hallaba enfern1a de parto, a la mujer de
Alvaro Ruiz de Navamuel, personaje de cierta considera–
cion en Lima, porque le había dicho ciertas palabras a la
de Salinas, que pretendía hacer burla de ella; e interpo–
niendo adernas sus· influencias i autoridad para con las
justicjas a fin de impedir que Navamuel comprase cierta
propiedad en que manifestaba interes su protejido
25 •
Al
firi,
las órdenes del Consejo fueron tan apretadas que
el visitador, con gran sentimiento suyo, se despedía de
Lima el
14
de abril de
1594,
no sin que ántes su colega le
hiciese sentir el odio que n1ereciera inspirarle, disponien-
en union de su compañero, en
20
de abril de
1590,
que Salinas había
presentado la declaracion de un testigo que afirmaba que el Conde i su
secretario Navamuel querían matarle, c<por
lo
cual
y
porque nosotros
y
todo
el
mundo creíamos que era ansí, se detuvo en esta casa en un apo–
sento
muy
apartado
y
con rfl.ucha descomodidad snya ... sin osar salir
sino
hasta
la Audiencia Real, careciendo de su muger e hijos.1>
25.
Constan todos estos hechos de una carta de Navamuel al Conse·
jo de
27
de
mayo
de
1592;
de
las
de Arpide de
28
de setiembre de
1589
i
30
de abril de
1590;
de una del licenciado Bonilla de
25
de mayo de
1583,
i
de
otra.
del Consejo al mismo Ruiz Prado, de
15
de diciembre
de
1594.
Salinas fué privado de todo oficio de Inquisicion
a
principios
de este úJtimo afio.