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CAPÍTULO XI

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permision, favor e ayuda, y entender que no habia de ha–

ber quien le castigase por ello, ni aun le reprendiese, como

ha sido. Por todo lo cual

y

para los dichos efectos, vuelvo

a suplicar de nuevo a V. M. se sirva de mandar se vean

todos los dichos papeles que yo he enviado, en los Conse–

jos de V. M. del Santo Oficio y de Indias, si

ya

no se hu,..

hieren visto

y

ésta y otros algunos, si con ella se presen–

taren, y los que los ynquisidores hubieren enviado, i que

se determine cerca de todo y provea lo que fuere j us–

ticia, y que los orijinales de los dichos papeles y de otros

que podría ser hayan retenido los dichos inquisidores

(como yo lo sospecho,) los envien para que se vean en ·

los dichos Consejos y examinen y queden en el del San–

to Oficio, y de todos ellos se mande hacer lo que con–

forme a derecho y justicia se pueda y convenga,

y

de

todo se dé noticia a V. M. para que, supuesto que espero

en la misericordia divina y confío en mi buena y sana

conciencia e intencion para su servicio y de

V.

M., que en

ellos no habia cosa que justamente me pueda perjudicar,

ni permitido que contra ésto y la verdad se haya puesto

alguna que lo pueda hacer, (como de la dicha pasion

humana de los inquisidores y mano del dicho Sancto Ofi–

cio se podria temer o presumir), de cosa semejante no

pueda quedar memoria contrapuesta a la que hay en las

crónicas antiguas de España, de los servicios que los dichos

mis pasados hicieron a Dios y a la Real corona de Vues–

tra Magestad, en defensa de la Santa fée católica, confor–

me a su mucha cristiandad, limpieza y claridad de linage,

y espero que se han de screbir en las presentes de mí, y

mis subcesores, por las mercedes que V. M. ha sido servi–

do de hacerme, y haber yo sacrificado a Dios y a V. M.

seis hijos, que les han servido

y

muerto en su juventud,

en las guerras contra infieles y hereges de mar

y

tierra,

los cinco, y el uno vive liciado, y otros dos fueron religio–

sos, y murieron siendo sacerdotes, y de los últimos que

he tenido, dos sirven ya a V. M. en la guerra, y otros dos

estudian para hacerlo, por aquel camino, y yo me sacrifi–

qué a V. M. en venirle a servir en el dicho cargo del Perú,

con mis muchos años

y

poca salud, como lo

he~hecho,

y

pa–

decido los trabajos y enfermedades que se han visto. To-

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