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LA INQUISICION DE I,IMA
sidores, y ellos y sus oficiales
y
ministros, hacer otras
ceremonias que serian en desautoridad de la dignidad de
Virrey, y aun ocasion de disgusto, respecto de lo qual lo
dejé de hacer, y por lo que despues a habido y lo dema.s
que tengo referido, me ha parecido con mayor razon no
hallarme a la publicacion del dieho edicto en las demas
ocasiones que se ha publicado, por escusar las que se po–
dia.n seguir de inconvenientes, tomándola de mi poca sa–
lud para cscusarme,
y
por el ejemplo que se debe dar al
pueblo, me he hallado en los edictos del Ordinario,
y
por
la misma razon, de mas de la que tengo referida en el ca–
pítulo que trata del aneto ·de la fee, que los dichos ynqui–
sidores celebraron, me pareció acompañar al estandarte
de ella, como particular
y
no como Virrey,
y
sentarme en el
lugar que he dicho, por no ponerme en contingencia de
que intentassen
a.
alterar o n1udar algo de lo que con n1is
antecesores .se ha hecho,
y
de lo que se debe a la dicha
dignidad del Virrey, como al principio mostraron querer–
lo hacer, ni hacer mas prueva de mi reportacion: de todo
ello ay grande nota y escándalo en este reyno, suplico a
Vuestra Magestad lo mande proveer y remediar como
convenga a su real servicio.
nAunque parecia que no podria haber cosas mas graves
que las referidas de que dar quenta a Vuestra Magestad,
a habido otra que, a mi parecer, lo es: a lo ménos de ma–
yor atrevimiento y daño para la Real hacienda de Vues.tra
Magestad, que el dicho ynquisidor Ulloa hizo, que fué
quando se hacia el arr.endamiento del factorage de los azo–
gue, en que queria entrasse, como entró, su hern1ano Juan
Gutierrez de Ulloa, alguacil mayor del Sancto Oficio, con
,Juan Perez de las Quentas y Gaspar de Solis, entendiendo
que había otras dos compañias que querían tratar del di–
cho arrendamiento, una de Francisco de Polanco Busta–
mante, residente en Potosi, que a ello vino dende allí a
esta ciudad y sus consortes, y otra de Juan Lumbreras
y
los suios, moradores della; trató el dicho ynquisidor con
todos ellos, por interpósitas personas y por la suia propia,'
que no hiciessen puja sobre la postura, que los dichos
Juan Perez de las Quentas
y
sus compañeros habian he–
cho, ni tratassen del dicho ar.rendamiento, por lo qual se
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