0APITULO X
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nielo yo aviso de que en la ciudad del Cuzco andavan en..
contrados, el corregidor de ella y don Juan de Abendaño,
contador de la real hacienda de Vuestra Ma.gestad,
y
los
amigos y deudos de la una
y
otra parte, y que habían
venjdo a las manos, de manera que puso en mucho cuida–
do la quietud de esa ciudad, y porque la Audiencia real
de ésta despachaba un juez sobre ello, el qual no podia
llegar con
la.
vrevedacl que convenia,
y
era necesario pre–
venir con tiempo que no se volviessen a encontrar, mandé
despaehar un chasque muy de priessa, con provision para
que un vecino del Cuzco encarcelassc en sus casas a los .
susodichos, como lo refiero a Vuestra J\iagestad en
la
carta de gobierno temporal, y como este fué chasque es–
traordinario y despachado a la ligera, no se publicó ni
entendió su partida, y savido por los dichos ynquisidores,
llamaron al chasquero y le tuvieron presso, y maltrataron,
porque habia despachado el dicho chasque, sin darles
quenta de ello,
y
esperar los pliegos del Sancto Oficio, co–
mo se refiere en una relacion que de1lo embio, sabiendo que
siempre que es necesario para negocios de el Sancto Oficio
despachar alguno trasordinario se le da, y no solo a ellos,
pero a sus eomisarios y ministros, fuera de esta ciudad, a
los quales se lo dan los corregidores
y
otras justicias, lue–
go que lo piden, sin otra diligencia.
11Ha llegado a tan grande extremo el querer los ynqui–
sidores entremeterse y entender en los negocios del go–
bierno de este reyno, y diversos de los que les tocan, que
para que nada se les esconda, habiendo ellos prendido, la
ciudad por cárcel, a Juan Bello, a quien truje por mi se–
eretario de cartas, y despues le nombré aquí por de la go–
bernacion, juntamente con Melchor Perez de Maridueña,
por estar el dicho oficio vaco por alguna causa, que, como
se trata en el Sancto Officio, yo no he sabido qual es-, y co–
mo entendían que los negocios de mas secreto e impor–
tancia al servicio de Vuestra Magestad, los despachava
ante él, por tener ele él a la sazon mucha confianza; supe
que los dichos ynquisidores, con ocasion de la dicha su
causa, le llamaban y preguntavan cosas y negocios de mi
cargo y secreto,
y
que importava al servicio de Vuestra
~iagestad
tenerlo, y aunque no sé cierto que le ayan pe-
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