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CAPiTULO X

215

entre ellos avia, y por no avérselos querido pagar occurrió

al corregidor de la dicha c.iudan, a pedir su justicia., y sabido

esto por el dicho Pantoja, valiéndose del officio que tiene

de receptor de el Sancto Officio y teniente de Juan de Sa–

racho ques receptor propietario, se fué muy desacatada–

mente, a casa de el dicho corregidor, y poniendo en ella

mano al espada dió muchas heridas al dieho Juan de Nu–

rueña, que es viejo de mas ·setenta y cinco años, y aviendo

cotnetido este delicto se retrujo a una yglesia, de adonde

salió, llevando a curar al dicho herido, y le dió otras tan–

tas heridas sin ser nadie bastante a podérselo impedir, por

el officio que tiene, y el dicho corregidor por el mismo

rrespecto, no osó hazer diligencia . alguna sobre el caso, y

ansí la hizo el. comisario de el Sancto Officio de la dicha

ciudad, y con ella el dicho eapitan Juan de Fuentes, acu–

dió a la dicha ciudad de los Reyes y la presentó ante el

dicho ynquisidor estando en su audiencia, y el dicho yn–

quisidor le preguntó ante quien pensava pedir su justicia

en aquel caso, y aviéndole respondido el dicho Juan de

Fuentes, que ante

V. M.

y su real audiencia,. atento a que

el dicho Pantoja no era propietario de el dicho. su officio,

sino teniente de el dicho Juan de Saracho, y que esto lo

ordenava y mandava

·v.

M.

así, por sus reales cédulas,

como constava de una cédula real de que hizo demostra–

cion, le dixo el dicho ynquisidor muchas palabras

injurio~

sas, y que no avia que tratar de cédulas de

V. M.

porque

no se avia de hazer mas de lo que el mandasse, y le man–

dó notificar, con penas que para ello le puso, que no pi–

diese su justicia sino ante él, y visto ·esto por el dicho

Juan de Fuentes, se fué a los oydores de la dicha ciudad

y les dió quenta del caso, y les preguntó ante quien avia

de pedir su justicia, y le respondieron que el negocio era

de la real justicia, y de los alcaldes de el crímen, y por

solo aver preguntado lo susodicho, le prendió el dicho yn–

quisidor, y le tuvo preso mas de quatro anños, y dos de

ellos en la cárcel, de suerte que el dicho capitan llegó a

punto de n1uerte, y aviéndolo declarado ansi ante el dicho

ynquisidor le diesse licencia para hirse a curar debajo de

fian9as, y el dicho ynquisidor es tan vengativo que le res–

pondió, que avia de morir en la prision,

y

finalmente le