CAP.
III-DE Jl'EZ
Á
REO
49
una excomunión mayor y el pago de las costas del
proceso!3
Paredes no se conformó, naturalmente, con la
sentencia de Rabanera y luego apeló de ella. Mús
tarde veremos en lo que paró el recurso.
3 En conformidad á
b
sentencia se procedió á borr•ar del
proce~o
escrito, las dos preguntas del interrogatorio que se referían
á
Gon–
zilez de San Nicolás y las re puestas que los testigos dieron á ellas.
A
pesar de esto, puedl) todavía leerse parte de la declaración presta–
da por Pedro de Miranda al tenor de la tercera pregunta, que dice
así: <•Que lo qneste testigo oyó decir al padre ft·ay Gil cerca de
la~
cuentas, que él no quería creer que las dichas cuentas tienen las in
dulgencias, si no lo viere firmado de Su Santidad, porque no hay cla–
ridad para lo creer, é queste te tigo ha visto alargar al dicho padt•e
ft·ay Gil en dar de algunas . . .
»
La persona de Francisco de Paredes ha sido hasta ahora poco es–
tudiada. En el Archivo de Indias de Sevilla encontramos la probanza
de sus méritos
y
servicios, hech:t en Santiago en 1576, de la cual
constan muchos antecedentes, que sirven para dar
á.
conocer la his–
tori<~
de la Iglesia chilena en los aiws que precediP.ron al nombra–
mi~nto
del ¡Jl'imer obispo de
'antiago, que algún día, Dios mcdianlC',
hemos de publicar.