CAP. lll-DE JUEZ
1\
REO
41.
como juez ordinario y los autos del proceso han
sido públicos y está ya sentenciado, por qué no lo
muestra, si después, aunque no quiera, lo ha de
hacer?
Rogándoselo entonces las demás personas que
estaban presentes, Paredes expresó:
-No puedo mostrar los autos porque no se vea
el dicho de un testigo.
-Cuál, le preguntó Frías. El de don Diego?
-Sí, concluyó
Paredes~
y entrándose luego en
su
aposento~
salió trayendo el proceso. Dirigién-–
dose en seguida á Gonzáloz, le dijo:
-Padre fray Gil: por vida. vuestra que os quité·is
desos enojos é pasiones, porque, cierto, es men–
tira todo lo que os mn á
decir~
y no déis lugar
á mentiras ni chismerías; porque, si bien os acor–
dáis, me dijistes en la plaza que Marmolejo y
Rodrigo de Escobar os habían dicho que Alonso
de Escoba.r decía que no quería oir lo moral,
y
para que veais cuán falso
es~
ved aquí sus dos di–
chos en la sumaria información.
Y viendo que González se manifestaba. sorpren–
dido de lo que iba leyendo, continuó:
-Pues hagóos saber: padre fray Gil, que así es
todo lo demás que dicen que hay contra Vmd!
Continuó entonces leyendo la sentencia pro–
nunciada contra Escobar, y con esto le pasó el
expediente á Hurtado: «y este testigo, cuenta el es–
cribano, tomó el dicho proceso y lo hojeó y halló
un escripto que le parece ser de letra de un Pedro
las partes hacen la nominación, para defender los molestados contra
las manifiestas injurias ó notorias Yioleucias.»
Gobie1·no eclesiástico
pacífico,
t.
II, pág. 501.